Las consecuencias mentales en la mujer cuando es víctima de una violación

CLARAMENTE

Dra. Yolanda Pica
Dra. Yolanda Pica Foto: La Razón de México

Cuando una mujer denuncia ante algún medio de comunicación que fue violada hace algunos años, surgen varias preguntas: ¿por qué no lo dijo inmediatamente?, ¿por qué no fue a las instancias de ley para que se aplicara la justicia cuando aún tenía marcas que servían de prueba en su cuerpo?

Violación significa: “penetración sexual forzada a la mujer sin su consentimiento” o “una relación sexual en la cual una parte no consiente”; para la mente es un terrible trauma asociado con terror, dolor y miedo a la muerte. Persiste como un crimen brutal y común en todos los lugares del mundo y sus consecuencias psicológicas son crónicas. De acuerdo con el doctor Peter Barglow, psiquiatra norteamericano, quien se ha dedicado a trabajar con mujeres víctimas de este delito, la experiencia es un “severo trauma emocional” con sensaciones que producen una ruptura del mundo interno que se puede manifestar en casos graves como una pérdida del contacto con la realidad (psicosis) o en entumecimiento emocional en el que la mujer no es capaz de hablar de lo que le ha sucedido porque revivir la experiencia la hace sentirse “aplastada” y sin defensas emocionales, con el tiempo, se desarrolla Estrés Postraumático Complejo, que consiste en pesadillas, fobias, recuerdos intrusivos del evento traumático, depresión, disociación, despersonalización y desrealización, la mujer duda de que le haya sucedido o siente que su persona está alienada. Ésta es la primera razón por la que hablarlo lleva meses y a veces años, la sensación de no ser “una misma” es tan grave que el 20 por ciento intenta suicidarse; además, su vida sexual será afectada crónicamente porque tiene recuerdos del evento violento que les impide tener sensaciones placenteras.

La segunda razón por la que las mujeres no denuncian nos la explica la socióloga y psicóloga social argentina Inés Hercovich: “Las víctimas tienen miedo a que no les crean”. Contrario a lo esperado, los violadores pueden ser familiares, colegas, amigos cercanos y existe una “culpabilización de la víctima”: ¿por qué va a esos lugares?, ¿por qué se viste provocativa?, ¿por qué se alcoholizó?, ¿porqué no se resistió? Y estas preguntas llevan a que la afectada en ocasiones no se sienta segura de que era una violación, cuando en realidad sintió miedo a que la mataran, a que le dejaran marcas o no se pudo defender y simplemente se mantiene en silencio porque piensa que no será escuchada.

El Centro de Análisis “México Evalúa”, usando datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) en su edición de diciembre de 2019, realizó un reporte y el resultado es que cuatro de cada 10 mujeres sufrieron algún tipo de violencia sexual durante el segundo semestre de ese año: seis millones de mujeres lo que incluye un espectro de agresiones, que van desde el acoso sexual hasta el intento de violación y la violación misma pasando por el hostigamiento y el abuso sexual, el 99.7 por ciento de los casos de violencia sexual que sufrieron mujeres mayores de 18 años no fue denunciado, y acudir a un Ministerio Público tampoco implica necesariamente que se inicie una carpeta de investigación.

En mis palabras: “Las mujeres no deben de seguir creyendo que fueron violadas por una razón: por tener una falda corta, una sonrisa coqueta o aliento alcohólico, si no queremos tener sexo es no, y debemos ser respetadas”.

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