126,014,024: los hallazgos del Censo 2020

ENTRE COLEGAS

Horacio Vives Segl
Horacio Vives Segl Foto: larazondemexico

Como es bien sabido, en días recientes el Inegi divulgó un reporte ejecutivo con una primera etapa de resultados del Censo de Población y Vivienda 2020.

El dato central es que éramos más de 126 millones —y sumando— el año pasado, al momento del corte del censo. De ahí se desprenden datos y análisis interesantes. Dado el contexto actual de la desastrosa gestión de la pandemia de Covid-19 por parte del Gobierno federal, era inevitable que al darse a conocer datos sobre defunciones en 2020 se acumulara aún más evidencia para todo aquél que quiera verlo con nitidez: el escandaloso subregistro de muertes por Covid en las cifras oficiales del Gobierno federal. El hallazgo coincide con el hecho de que aún con los datos oficiales, México alcanzó hace días las 150 mil muertes y desplazó otra vez a India —un país 10 veces más grande en población— del terrible podio de fallecimientos, donde nuestro país sólo es superado por Estados Unidos y Brasil.

Pero los datos del Censo 2020 son mucho más que eso y hay que señalarlo. Resaltan varios temas interesantes en cuanto a la estructura de la población, si se compara con los dos censos anteriores. Lo más evidente es su envejecimiento. Mientras en 2000 la edad promedio era de 22 años, ahora lo es de 29. Ciertamente, México sigue siendo un país de jóvenes, pero cada vez es menos robusto el llamado “bono demográfico” que hará que, mientras siga disminuyendo la tasa de fertilidad —se redujo de 2.6 hijos nacidos vivos en promedio por mujer de 12 años o más en 2000, a 2.1 en 2020— tardará más décadas respecto al siglo pasado en que se duplique la población y es una realidad su envejecimiento.

El Censo 2020 por supuesto tendrá un impacto en lo electoral. Cuando el INE decida hacer una nueva redistritación nacional, tendrá que usar los flamantes datos del Censo y cambiará la actual geografía electoral. En principio, los datos parecen indicar que la Ciudad de México perdería dos distritos (de los actuales 24 que tiene) y Guerrero, el Estado de México, Michoacán, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz perderían uno cada uno; en compensación, Nuevo León ganaría dos, y Baja California, Coahuila, Puebla, Querétaro, Sinaloa y Yucatán ganarían uno. Baja California Sur y Colima serían los únicos estados a los que se aplicaría el “beneficio constitucional” de contar con dos distritos cada uno, aunque por su población, en principio, no les corresponda.

Dejo al final lo obvio y lo que requiere énfasis: las felicitaciones al Inegi, a los servidores públicos y al personal eventual de campo que lograron, en condiciones realmente extraordinarias, levantar el Censo 2020, que prácticamente coincidió con el inicio del prolongado confinamiento sanitario. A la complejidad que suele acompañar a este ejercicio cada década, en esta ocasión hay que señalar los “desafíos pandémicos” que hacen más loable que, dadas las circunstancias, el levantamiento del censo haya salido muy bien. No cabe duda de que el Inegi es una de las grandes instituciones —un organismo constitucional autónomo— del Estado mexicano que hay que seguir cuidando de los embates coyunturales de la politiquería. ¡Enhorabuena al Inegi!

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