Covid-19: problema global, soluciones locales

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón
Montserrat Salomón larazondemexico

La pandemia que vivimos es un problema global. Esta enfermedad nos afecta a todos y tiene repercusiones que se sienten a lo largo y ancho del planeta. Sin embargo, a pesar de los reiterados llamados a la unidad por parte de organismos como la ONU y la OMS, las acciones tomadas por los países no han tenido en cuenta el bien común, sino que se han instalado en el más salvaje “sálvese quien pueda”, teniendo consecuencias mortales.

Este comportamiento no es nuevo. Al inicio de esta crisis, hace más de un año, cuando se veía venir el contagio global, se tuvo el tiempo y la oportunidad de planear una serie de acciones coordinadas globalmente para enfrentar lo que se nos venía encima. Existieron las voces que lo pidieron; sin embargo, hizo falta un liderazgo global que marcara la pauta. Con la aparición de las vacunas, uno de los líderes tradicionales, EU con Trump al mando, le dio la espalda al mundo y con su America First inició la desbandada al anunciar que vería sólo y exclusivamente por sus propios intereses. El pánico corrió al ser obvio que la producción no sería suficiente y los países entraron en un frenesí individualista que creó la brecha que vivimos hoy en día con una vacunación dispar a nivel regional que no resuelve el problema global que enfrentamos. Para este virus no hay frontera que valga.

Así, nos adentramos en un escenario catastrófico en el que se entrecruzan dos brechas de inequidad: entre países, provocada por el desigual acceso a la vacunación de su población, y la que causa esta enfermedad al acentuar los problemas económicos y la desigualdad hacia dentro de las naciones. Los pobres sufren y mueren en mayor proporción que los ricos. Mientras algunas naciones han comprado hasta 5 veces la cantidad de vacunas necesarias para cubrir el total de su población, algunos países no tienen aún fecha prevista para iniciar la vacunación de su población más vulnerable.

En Latinoamérica, los países más avanzados en planes de vacunación apenas han podido atender al 1% de su población, otros ni siquiera tienen fecha probable para recibir algún lote del preciado medicamento. A diferencia de la Unión Europea o la Unión Africana, LA no hizo un frente común para hacerse fuerte ante la crudeza del mercado y quedó rezagada en las negociaciones. Una vez más nuestra falta de unidad regional nos cobra dividendos.

En una pandemia, mientras al menos toda la población más vulnerable del mundo esté vacunada, el problema persistirá aun para los países con mayor índice de vacunación. ¿Cuándo tendremos un liderazgo que entienda que los problemas globales, como pandemias o el calentamiento global, requieren esfuerzos globales, coordinados y solidarios por el bien de todos?

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