No es por discrepancias ideológicas: el equipo de Rogelio Zambrano sabe que las operaciones de Cemex, la mayor multinacional mexicana, tocan las cada vez más rigurosas normas ambientales que buscan contener el catastrófico cambio climático global, por lo que su viabilidad a largo plazo depende de enfocar sus esfuerzos de innovación hacia productos y servicios libres de CO2… cosa que por ahora no está en la agenda del Gobierno de México.
Cemex no se arriesgará a enfrentar eventuales sanciones por presunto “dumping ambiental”. En el siglo pasado, bajo el liderazgo de Lorenzo Zambrano, la compañía padeció los embates proteccionistas que le acusaron de realizar dumping económico en sus exportaciones a EU. Hoy, cuando el nuevo gobierno de Joe Biden retoma la agenda ambiental y se reintegra al Pacto de París, cuando los gobiernos europeos impulsan un fuerte cambio hacia energía limpias, la firma que dirige Fernando González también profundiza su agenda ambiental que inició tres décadas atrás.
El actual Gobierno de México ha optado por impulsar una agenda de energía basada en combustibles fósiles. Las plantas de fuentes renovables, en su mayor parte desarrolladas por inversión privada, pasan a segundo término en la iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica a fin de fortalecer a la CFE, que dirige Manuel Bartlett.
Así que la cementera se empeña ahora en la meta de que 40% de su consumo total de energía provenga de fuentes renovables para 2030. En Reino Unido, ya desde 2019 Cemex usa electricidad verde al 100% y busca lo mismo para sus 32 plantas en Polonia. En EU, el Departamento de Energía, a cargo de Jennifer Granholm, financia a Cemex para desarrollo de sistemas industriales para la captura de dióxido de carbono y usa la solución Synhelion para generar combustibles sintéticos en los hornos de cemento. Vaya, este año la firma pone en marcha una granja solar de 45MW, en Dominicana, y una planta de recuperación de calor residual, en Filipinas, para obtener 4.5MW.
La meta final es la descarbonización al 100% de sus operaciones en 2050. En algún momento esas soluciones se implementarán en México.
Vacunas, circo de tres pistas. En noviembre pasado en un sector del Gobierno mexicano, cercano al canciller Marcelo Ebrard, y a los Institutos de Nacionales de Salud, se habían trazado programas serios para la obtención y aplicación masiva de vacunas anti-Covid, diseñando la logística que implicaba la refrigeración en ultrafrío por nitrógeno para las vacunas Pfizer y el aprovechamiento de sistemas privados de refrigeración para las producidas por otros laboratorios e iniciar la inoculación, tanto por rango de edades y exposición de riesgo de las personas. Pero la escasez derivada de la alta demanda y la falta de previsión para el pago por anticipado de las dosis dejó ese plan en manos del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, hasta que se modificó en un plan de corte electoral con magros resultados dada la desorganización y carencia de padrones confiables de aplicación (la plataforma electrónica finalmente resultó inútil pese a los esfuerzos de Emiliano Calderón, jefe de la Estrategia Digital del Gobierno federal) y la muy pobre infraestructura de distribución con que Birmex, a cargo del operador político Pedro Zenteno, intenta distribuir millones de dosis que aún no llegan al país.
Osito manchado. Y no es un panda, aunque fabrique panditas: hace 15 meses un camión de Barcel, empresa del grupo Bimbo, que preside Daniel Servitje, atropelló y mató al motociclista Aarón López Piña en la carretera Atlacomulco-Toluca, tal y como lo acredita el expediente NIC:TOL/ZIN/01/MPI/407/03084/19/11. La embestida del camión, conducido por Juan Manuel Estrada Carbajal, dejó como saldo insoluto una viuda y dos huérfanos. Pero a pesar de que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Edomex dictaminó que Bimbo debería cubrir la indemnización a los deudos, la empresa simplemente no acata el dictamen. ¿Los responsables de la panificadora festejarán el 10 de mayo?