Prioridades y recursos

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero
David E. León Romero

Atravesamos por momentos realmente desafiantes. Por más de un año hemos luchado juntos contra el embate del Covid-19. El saldo ha sido tremendamente doloroso y las lecciones profundas.

Enfrentaremos etapas complejas que provocarán que pongamos de manifiesto nuestro talento, disciplina y esfuerzo. Comenzamos el plan de vacunación que permitirá a los mexicanos recuperar la salud y la confianza. Estoy seguro de que el reto en materia de salud será superado y deberemos luchar por un tiempo prolongado con el reto económico. Arrastrando, por supuesto, el dolor de haber perdido integrantes muy valiosos de nuestras instituciones y de nuestras familias.

Con estas dos prioridades en mente (la salud y la economía), resulta fundamental que pongamos atención a otros elementos que nos rodean y que resultan de absoluta importancia. En días pasados, inclemencias del tiempo pusieron de manifiesto la fragilidad de nuestro sistema eléctrico ante la escasez de gas y el incremento exorbitante de sus precios. La energía es clave para nuestros hogares y para nuestras industrias. Cobra relevancia el fortalecimiento de los elementos que integran nuestro sistema eléctrico en la búsqueda de energía limpia, barata y disponible.

¿Qué otro recurso merece nuestra atención inmediata? El agua. Sí, nada tan valioso como el agua. Sin agua nada es posible. El Sistema Cutzamala, que suministra gran cantidad del agua que consume nuestra ciudad, se encuentra en niveles históricamente bajos.

El llamado es a optimizar el uso del agua e implementar la reutilización y el reciclaje. Seguimos regando parcelas con agua tratada y alimentando escusados con agua potable. Cuándo caeremos en cuenta de que debemos realizar acciones drásticas en torno al agua de manera inmediata y no cuando la crisis nos alcance.

El Sistema Cutzamala toma el agua de la cuenca alta del río que lleva su mismo nombre. Está compuesto por seis presas y representa la piedra angular del abasto de agua de nuestra ciudad. En estos días se encuentra aproximadamente 20 por ciento por debajo de su nivel de almacenaje promedio.

El problema no es el Cutzamala, la ausencia de lluvia y su bajo nivel. El problema es cómo administramos y utilizamos el agua. Cuando hablamos de que la responsabilidad es de todos, pareciera que se entra a un lugar común que se traduce en que no hay responsables. Falso, sí es de todos y cada uno debemos realizar lo que nos toca. No sólo es una tarea del Gobierno y sus funcionarios.

Tala, huachicoleo de agua, no pago, falta de medidores, fugas en la red, fugas en casa, llaves descompuestas, bajos niveles de saneamiento, contaminación del acuífero, sobreexplotación de los mantos, desaprovechamiento de la lluvia, utilización de agua potable para servicios en la que esa calidad no es necesaria, horas bajo la regadera, barrido de banqueta y lavado de coches a manguerazos, entre muchos otros problemas a resolver. Repito, la responsabilidad es de todos. Desafortunadamente como en mucho de todo, pagan más y la ven más difícil quienes menos tienen.

Estamos concentrados en las prioridades, pero no debemos dejar de lado otros recursos y elementos absolutamente fundamentales. Urge actuar todos en torno al agua.

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