La contrarreforma

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal Foto: larazondemexico

El proceso de producción de electricidad consta de cuatro etapas: generación, transmisión, distribución y suministro.

Se considera (tema que debe discutirse), que las etapas intermedias (transmisión y distribución), son monopolios naturales (cuando una sola empresa genera la oferta necesaria para atender a la demanda a menor costo de lo que lo harían varias empresas compitiendo), por lo que están en las manos exclusivas de la CFE (el que sean monopolios naturales no quiere decir que el monopolio tenga que ser gubernamental), mientras que la generación y suministro no son monopolios naturales, por lo que, permitiendo la participación de empresas privadas en generación y suministro, pueden sujetarse a las disciplinas de la competencia, precisamente lo que sucede hoy, sobre todo en generación (por el lado del suministro existe la figura del Suministrador de Servicios Básicos, que lleva electricidad a usuarios que no participan en el Mercado Eléctrico Mexicano, como es el caso de los usuarios residenciales, siendo que cualquier particular, previa autorización de la Comisión Reguladora de Energía, puede ofrecer el servicio. Actualmente la CFE es el único Suministrador de Servicios Básicos).

La única etapa del proceso de producción de electricidad con participación de la iniciativa privada, y sujeta a la disciplina de la competencia, es la generación, con empresas privadas generando limpiamente electricidad, usando al sol y al viento como fuentes de energía, y vendiéndosela a la CFE, que también la genera, pero de manera sucia, utilizando carbón y combustóleo. Además de generar electricidad de manera más limpia que la CFE las empresas privadas la generan a menor costo.

¿En qué consiste la contrarreforma eléctrica de AMLO? En esencia en modificar el sistema de despacho de las centrales eléctricas de la CFE, dándoles prioridad a sus plantas generadoras, desde hidroeléctricas hasta termoeléctricas, más contaminantes y más caras, en perjuicio de las empresas privadas que generan electricidad, más barata y menos contaminante.

La contrarreforma tiene la intención de devolverle a la CFE el monopolio de la generación de electricidad, con lo cual la CFE tendría nuevamente el monopolio de todo el proceso de producción, desde la generación, pasando por la trasmisión y distribución, hasta el suministro, precisamente lo que AMLO quiere, partiendo del prejuicio por el que afirma que los sectores estratégicos de la economía deben ser monopolios gubernamentales, lo cual es un error.

La contrarreforma eléctrica de AMLO atenta contra la salud (electricidad más contaminante), y la economía (electricidad más cara), de los mexicanos. Atenta contra nuestro bienestar. ¿A cambio de qué? De consolidar el monopolio de la CFE.

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