Lleno de buenos propósitos e intenciones de sostener un trato de “iguales”, trabajar juntos para que, unidos, México y Estados Unidos sean más fuertes, con el mutuo compromiso de dialogar sobre los problemas fronterizos que atañen a ambas naciones, resultó el primer encuentro virtual que sostuvieron la tarde de ayer los presidentes de México y Estados Unidos, quienes estuvieron acompañados de miembros de sus gabinetes.
En el transcurso de ese diálogo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador le recordó a su homólogo Joe Biden aquella expresión del entonces presidente Porfirio Díaz de: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos” ya que ahora, nuestro país “está cerca de Dios y no tan lejos de los Estados Unidos”, que hizo sonreír al demócrata mandatario.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Como se esperaba, la comparecencia de David Colmenares Páramo ante la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, a la que acudió sin Agustín Caso, auditor Especial de Desempeño, responsable del informe de la Cuenta Pública del Gobierno lopezobradorista por una separación temporal del cargo, se convirtió en linchamiento de la bancada morenista que exige su renuncia.
A excepción, justo es reconocerlo, de Laura Imelda Pérez, al criticar a sus compañeros de convertir las “inconsistencias metodológicas” admitidas por el titular de la Auditoría Superior de la Federación en “botín político”, por lo que los instó a esperar los resultados de la investigación que determine si hubo error o mala fe.
Después de que el canciller Marcelo Ebrard denunció en la ONU el acaparamiento de vacunas anti-Covid, con obvia referencia a Estados Unidos, aun sin mencionarlo, en su mañanera de ayer, el Presidente López Obrador anticipó que en el encuentro remoto con el nuevo mandatario de ese país, le solicitaría compartir con México las dosis con las que cuenta.
Sin embargo, horas antes de que ambos dialogaran, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, declaró que “Estados Unidos no considera compartir con México vacunas contra el coronavirus” y que una vez logrado ese objetivo, comentó ella, “estaremos felices de poder discutir otros pasos”.
AÚN cuando el Presidente les restó importancia, en un lapso de horas enfrentó dos hechos que deberían alertarlo: los insultos de varios pasajeros en el vuelo comercial que regresó de Guadalajara, el domingo, y el joven que burló la supuesta “estricta vigilancia” en Palacio Nacional y en el Salón de Tesorería, al irrumpir en plena mañanera, sin que nadie lo impidiera, para hablar con él, mientras el titular de la Profeco presentaba su informe semanal.