Tras el forcejeo que derivó en un acuerdo de suministro de gas natural de Pemex Transformación Industrial a la Planta de Etileno XXI, Andrés Manuel López Obrador festejó que con ello se ahorró el Estado 13,700 millones de pesos…, pero lo que no se supo es que, de no haber acuerdo, la empresa productiva del Estado habría tenido que pagar 20 veces, unos 274 mil millones de pesos a los propietarios de esa planta, Braskem-Idesa, que encabeza Stefan Lepecki.
El proyecto para la fabricación de 1.05 millones de toneladas anuales de polietileno nació con una deformidad de origen: un contrato a 20 años con el que Pemex se comprometía a proveer gas hasta 70% debajo de su precio de mercado, lo cual parecía correcto para impulsar un complejo petroquímico de las dimensiones del construido en Nanchital siempre y cuando hubiese suficiente producción nacional de gas…, pero cómo ésta decayó, al tiempo que se incrementó su demanda para generar electricidad, el acuerdo trocó en un subsidio directo.
Ciertamente que, como expresó en su momento el consejero independiente de Pemex, Rogelio Gasca Neri, que ese contrato de suministro “no debió existir bajo ninguna circunstancia”, pero que finalmente se convirtió en una obligación legal que el pasado 20 de enero fue reclamada por Braskem Idesa en la Corte Internacional de Comercio de París… exigiendo que al hacerse inviable su operación por el corte de suministro de la materia prima, el Gobierno de México estaba obligado a indemnizar los 5,200 millones de dólares (274 mil millones de pesos) invertidos en Etileno XXI.
Por eso fue en menos de un mes que se llegó a un acuerdo, luego de 6 meses en que Pemex cerró de golpe, en una demostración de fuerza, el suministro al complejo. Ahora, el nuevo acuerdo libera a Pemex TRI, a cargo de Miguel Breceda, de entregar etano (que no produce) y por eso se aceptó una penalización de salida; también el gobierno aceptó, dos años después de que se presentara la solicitud a la Comisión Reguladora de Energía, a cargo de Leopoldo Melchi, que Braskem-Idesa construya y opere una terminal de etano en Pajaritos en Coatzacoalcos para adquirir almacenar materia prima importada a menor costo.
En resumen, el resultado evoca a lo que sucedió con el litigio de los gasoductos, una derrota convertida en victoria publicitaria…, aunque, en el inter, cuando se paralizó Etileno XXI, los costos en la cadena nacional polietileno-plásticos aumentaron 300%.
¿Qué hará Tatis por el tequila? El asunto no es nuevo y dilatados los tiempos legales de los conflictos comerciales internacionales, ciertamente que Tatiana Clouthier está casi recién desempacada a la Secretaría de Economía pero uno de los asuntos que dejó en el escritorio la anterior titular, Graciela Márquez, es la rotunda violación que la cervecera Heineken —que lidera Dolf van der Brink— ha hecho a la denominación de origen del tequila a través de un organismo fantasma, la Asociación de Cerveceros de Europa, que pretende hacer de la bebida nacional por excelencia en un commoditie que pueda importar a su gusto para fabricar el brebaje “Desperados”… que, por cierto, también es un engaño para los consumidores europeos. El Consejo Regulador del tequila que encabeza Miguel Ángel Domínguez, no ha bajado la guardia en este conflicto en los años que lleva de duración, pero el apoyo oficial parece a momentos lento y hasta guango.
Smart Jeep. Y los avances de la Tecnología de la Información ahora sobre ruedas el próximo jueves la marca Jeep-Stellantis, que encabeza Christian Meunier, lanzará los primeros vehículos de toda la industria, los nuevos Wagoner y Grand Wagoneer 2022, que integrará el servicio Fire TV for Auto de Amazon, la compañía de Jeff Bezos, para que los pasajeros (y el conductor cuando esté en modo park) puedan conectarse a programas de televisión, películas, aplicaciones, sistemas y funciones únicas del vehículo, además del asistente virtual Alexa con el que se podrán incluso hacer revisiones a distancia del hogar. Ello impone una nueva frontera a todas las demás marcas.