Uno de los documentos más importantes de política económica del país es el Informe Trimestral de Inflación elaborado por el Banco de México. En él, se exponen no sólo el diagnóstico oficial sobre la situación económica del país, sus principales problemas y el comportamiento actual de los precios en México, sino que, además, se da a conocer la perspectiva del banco central que dará fundamento a importantes medidas de política monetaria en los meses siguientes que resultan fundamentales para la toma de decisiones de los distintos agentes y para la estabilidad macroeconómica.
En materia de crecimiento económico, destaca el mayor optimismo del banco central. Como hemos comentado en este espacio, la actividad económica en la primera parte del año se ha visto afectada negativamente por el rebrote de los contagios y, aun así, la estimación del Banxico sobre el crecimiento del PIB para este año avanzó hasta 4.8% desde 3.3% en su informe anterior. No se trata de un ajuste menor, un punto y medio de mayor crecimiento significa, por ejemplo, más empleos (al menos 300 mil) y mayor capacidad de recaudación del gobierno y, por tanto, mayor gasto público en programas sociales. Esta visión más optimista se finca fundamentalmente en el hecho de que la recuperación en Estados Unidos será mucho más fuerte que lo que se anticipaba hace unos meses, por lo que el arrastre sobre la economía mexicana será mayor.
En materia de inflación, a pesar del drástico incremento en la perspectiva de crecimiento económico, el ajuste para el último trimestre de este año fue sólo ligeramente al alza, la ubica en 3.6% anual, 0.3 puntos porcentuales más que en el informe pasado. Esta nueva estimación de inflación, aunque más pesimista, se encuentra todavía en el rango de variabilidad del objetivo puntual del banco central (3.0%+/- 1%), y plantea llegar al objetivo en el próximo año.
En general, la visión del Banxico sobre la inflación es alentadora en la medida de que, con excepción del brinco esperado de la inflación para abril y mayo (donde se anticipa una inflación alta y cercana al 5.0%), el crecimiento de los precios en México estaría controlado.
Hay que tener muy claro que estamos hablando de pronósticos, no de datos duros y mucho menos de una realidad, por lo que ésta última podría ser distinta de lo que marcan las proyecciones oficiales. En este sentido, Banxico destaca su balance de riesgos, que para el caso del crecimiento económico vale la pena mencionar que su proyección está sujeta entre otros factores al éxito de los programas de vacunación internacional y en nuestro país; es decir, si no hay éxito en la estrategia que garantice la “inmunidad de rebaño” en los tiempos marcados, serán mucho mayores los riesgos de crecer menos que al ritmo estimado.
En el mismo sentido, por el lado de la inflación, vale la pena mencionar que los mayores riesgos al alza se encuentran en un rebrote de los precios de las materias primas y en una mayor inestabilidad financiera que impulse una depreciación del tipo de cambio, que casualmente, son hechos que estamos viendo ahora. Habrá que esperar para ver que se consolide el optimismo del Banxico.