Cuido a otros, menos a mí

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota larazondemexico

Leí un artículo en el diario El País, sobre un estudio realizado en España por el Club de Malasmadres y DKV Salud, el cual señala que las mujeres se sienten culpables e inmerecedoras del autocuidado porque creen que es quitarle tiempo a la familia.

Ello debido a que fuimos educadas a ser cuidadoras de otros desde niñas, y por tanto, el autocuidado pasa a segundo término o simplemente no está considerado, lo cual se agudiza una vez que se es madre y esposa, pues se asume con normalidad que el papel de la mujer tiene que ver con alguien más o con muchos más, pero nunca con nosotras.

Cuando cuidarse una misma debe entenderse como un derecho y no un privilegio, pues sólo así se previenen problemas de salud física y mental, además del derecho a vivir una vida más digna en todos los sentidos.

En México, una encuesta realizada por Grupo AXA e Ipsos advierte que las mujeres mexicanas experimentan mayor impacto en la salud mental debido a la contingencia sanitaria por Covid, pues confiesan tener afectaciones causadas por estrés y fatiga.

La muestra señala que el 60% de mexicanas entrevistadas tiene mayor presión; 50% ha cuidado de otros en la crisis sanitaria, causando un impacto en su salud mental; 80% dijo no sentirse debidamente protegida ante el riesgo de contagio y 47% tuvo que recurrir a sus ahorros o el apoyo de algún familiar para solventar sus gastos.

En resumen, en México las mujeres están experimentando un impacto importante en la salud mental, pues para millones de ellas han sido meses de pérdidas relevantes y de extenuantes cargas de trabajo, sin apoyos de por medio.

Los síntomas de estrés más comunes que presentan son: dolores de cabeza frecuentes, irritabilidad, insomnio o menor productividad laboral, lo que afecta al cuerpo, pensamientos, sentimientos y comportamiento, que de no controlarse, desencadena problemas de salud.

Por lo anterior, es que estoy convencida de que las mujeres debemos darnos espacio para el autocuidado, regalarnos como mínimo una hora al día y romper con la idea de que las mujeres nacimos sólo para servir a otros.

Decirlo resulta muy fácil en una cultura patriarcal y machista donde aún falta mucho por hacer. Los roles de siglos que se asumieron como normales y obligatorios han dejado un terreno de inequidad y una terrible desigualdad, para acceder a oportunidades a millones de mujeres.

La pandemia que hoy enfrentamos ha puesto al desnudo y sin cortapisa lo difícil que resulta ser mujer en México. La pandemia tiene rostro de mujer, principalmente porque todas las investigaciones revelan que el trabajo para la gran mayoría de ellas ha crecido y son las más afectadas por las pérdidas de salud, empleo y oportunidades.

Hay que empezar por nosotras para lograr que el autocuidado sea una realidad y no sólo un objetivo deseado; además de que como Estado mexicano debemos trabajar conjuntamente para que el cuidado a los otros no sea visto como “el deber único de las mujeres”.

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