El asesinato de Victoria Salazar Arriaza el sábado, a manos de policías municipales en Tulum, es una evidencia más de la brutalidad policiaca y la falta de controles sobre los operativos y los protocolos.
De nuevo volvió pasar lo que hemos visto y padecido como sociedad. Estamos ante un tema que los gobiernos no le han otorgado su ubicación en el marco de la violencia que vive el país.
Estamos ante un nuevo ataque a las mujeres, en este caso personificada en una migrante salvadoreña que, todo indica, estaba en el país en situación de residente permanente por razones humanitarias.
El hecho de suyo es terrible, porque además viene a mostrar la oprobiosa facilidad con que los cuerpos de seguridad actúan brutalmente. Es inconcebible que cuatro policías hayan tenido que “juntar sus esfuerzos” para detener y someter a una mujer que por más que se asegure “que estaba fuera de sí”, no deja de ser un absurdo pretexto.
El hecho repudiable, por donde se le vea, no le pudo venir en peor momento al Gobierno. Ayer se inauguró en la CdMx el Foro Generación e Igualdad convocado por la ONU y los gobiernos de México y Francia. Es un espacio que lleva muchos meses en proceso, que busca colocar el tema de las mujeres como asunto primero en todos los órdenes.
Para el gobierno de Emanuel Macron es un asunto fundamental. Para Francia el tema de la violencia contra las mujeres y la igualdad es parte central de la estrategia de su gobierno. Toda Europa avanza en la materia, pero vive entre rezagos, España es claro ejemplo.
Macron fue preciso: “no se ha logrado la igualdad de las mujeres. En algunas regiones se está retrocediendo, se viven reveses. Nada, ninguna ideología debe poner en tela de juicio la igualdad”.
Elvira Pablo, extraordinario personaje y luchadora por la igualdad de las mujeres en el campo, fue enfática y recordó lo que pasa en muchos países, entre ellos el nuestro: “quisiéramos decir que las niñas deberían estar cargando sueños y no ataúdes….es una realidad que nos duele que la reconocemos y la vamos a cambiar”.
En México seguimos sin querer aprender. Son muchos los factores que intervienen en este lamentable y doloroso tema. No hay duda que mientras el propio Presidente no lleve la batuta en la acción en contra de la violencia de género, las rutas de salida seguirán cerradas, por más que las mujeres de su equipo con convicción pongan el tema en la mesa y quieran defender a toda costa al Presidente por su militancia en el asunto.
El Presidente, en la actual coyuntura, es el gran fiel de la balanza para mover conciencias al interior de los aparatos de gobierno. López Obrador aparece distante de las manifestaciones de las mujeres y no se vislumbran indicios que pudiera cambiar su mirada de las cosas.
Si sigue creyendo que el feminismo y las manifestaciones de la mujeres son ideologías importadas, seguirá sin entender la esencia de la lucha de género. Está perdiendo de vista la revolución de las conciencias que paso a paso han desarrollado las mujeres del mundo, y de manera cada vez más significativa las mexicanas.
Lo que paso en Tulum se das a pocas semanas de la represión de una manifestación de mujeres en Cancún, todo ello en QRoo. De nuevo queda en evidencia que no aprendemos. Después de lo sucedido en tan importante centro turístico del país, lo lógico hubiera sido cerrar filas en el estado y promover una toma de conciencia entre los trogloditas cuerpos de seguridad.
Victoria Salazar Arriaza se une a una larga lista de mujeres que pierde la vida de manera violenta sin importar el cómo.
Es un caso ante el que se tendría que ir un paso adelante del “nos llena de vergüenza”.
RESQUICIOS
Enredado como está el Gobierno con la pandemia, se dio a conocer el reporte oficial de exceso de mortalidad de la SSa. En la cifra de muertos por Covid no es la de más de 200 mil personas, es de 322 mil 139. Lejos, muy lejos de los dichos que presenta rayando la soberbia del afamado vocero.