Artículo 19, no va por ahí

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser Foto: larazondemexico

En un mundo globalizado en donde todos tenemos que ver con todos y en algún sentido todos dependemos de todos, la creación y desarrollo de organismos e instituciones internacionales vigilantes de derechos humanos tienen que ver con procesos de atención y acción que fundamentalmente buscan la convivencia y el respeto.

El que un país esté atento a lo que sucede en el mundo parte de preocupaciones, quisiéramos pensar genuinas sin ser ingenuos, de que las cosas no pasen de largo, al tiempo de ser partícipe de la dinámica internacional.

México ha sido un protagonista destacado. La política exterior ha tenido momentos luminosos derivado de saber entender el respeto por nosotros y no ser pasivo ante las injusticias. La participación de México, en conflictos en diversos países, se ha convertido en un factor que ha permitido a muchos ciudadanos tener salidas en medio de brutales circunstancias.

Pasemos lista a España, Chile, Argentina y recientemente Bolivia. Miramos al mundo y evidentemente el mundo también nos ve, opina y también actúa.

La segunda mitad del siglo XX fue el preámbulo de la creación de instituciones que se abocan a analizar e investigar, y en su caso opinar, señalar y proponer alternativas en y ante el mundo.

Cada sociedad es por derecho autónoma para decidir sobre sus asuntos internos, pero no se puede perder de vista que formamos parte de un concierto de naciones las cuales, junto con los organismos internacionales creados por gobiernos y por ciudadanos, opinan y proponen alternativas ante los problemas que eventualmente se puedan vivir.

México no puede estar opinando sobre lo que pasa en Bolivia o Myanmar y poner cara de sorpresa cuando hablan desde el exterior sobre nosotros. Si pretendemos ser un actor activo y que las cosas no nos pasen de largo, es obvio que el mundo también nos va a voltear a ver; nos van a mirar los veamos o no.

Diversas instituciones internacionales han trabajado durante años bajo estos preceptos. Amnistía Internacional es una de ellas. Ha sido y es una organización fundamental para millones de ciudadanos en el mundo. Ha salvado vidas y ha sido clave para que muchos ciudadanos sean respetados en sus derechos o para que hayan alcanzado la libertad.

Los organismos en defensa de las mujeres han logrado no solamente atender los innumerables problemas de género, han sido y son factor fundamental en la toma de conciencia de la violencia contra las mujeres; no son una moda del extranjero.

Organizaciones como Artículo 19 son otro gran ejemplo. La defensa de periodistas en el mundo es un asunto fundamental, el cual en México ha adquirido una relevancia sin igual, nuestro país tiene una de las tasas más altas de violencia contra periodistas, lo cual no ha cambiado nada en los últimos años.

Tuvimos la oportunidad de formar parte del consejo de Artículo 19. Fue una relación cercana, de aprendizaje y de relevancia personal. No tenemos un solo indicio de que existan factores externos que tengan intenciones ominosas o que se definan como adversarios del Gobierno. Artículo 19, si algo busca en el desarrollo de sus objetivos, es tener relaciones profundamente estrechas con el Gobierno.

La organización ha estado al lado de periodistas que en otro tiempo se abocaron a informar sobre quien hoy es Gobierno y quienes, no se olvide, en su momento fueron atacados. Artículo 19 salió en su defensa una y otra vez.

Queda la impresión que ante el tema de derechos humanos y las organizaciones que se dedican a ello, el Presidente no tiene toda la información, no le gustan o las trae en la mira; no va por ahí.

RESQUICIOS.

No dudamos que muchas críticas al Gobierno por el manejo sobre la pandemia pudieran tener intenciones abyectas. Lo que no tiene sentido es descalificarlas por principio porque “vienen de nuestros adversarios”. Lo que es definitivo, es que las cifras sobre personas contagiadas y fallecidas son brutales, es lo que es.

Temas: