La crucifixión del INE

ANTINOMIAS

Antonio Fernández Fernández
Antonio Fernández Fernández Foto: larazondemexico

“No es injusto que la crucifixión de un solo judío baste para salvar al hombre”

Jorge Luis Borges

El Instituto Nacional Electoral, INE, antes IFE, surgió a raíz de los conflictos post electorales de 1988, a consecuencia de la famosa “caída del sistema” en los tiempos de Manuel Bartlett, que permitió declarar triunfador a Carlos Salinas de Gortari. Por ello, para contrarrestar el descrédito se reformó la Constitución en 1990, y así nació el Instituto Federal Electoral, IFE.

Desde su origen el IFE ha estado en el ojo del huracán; en su inicio se conformó de la siguiente manera: un Presidente del Consejo General (el Secretario de Gobernación) y seis Consejeros ciudadanos. En 1996, y después de muchas críticas por la poca independencia del IFE, el gobierno cedió su control a los propios Consejeros Ciudadanos, comandados por José Woldenberg, donde confluían los intereses de todos los partidos quienes consensaron los nombramientos con personas cercanas a sus ideologías.

Sin embargo, aún con toda la presión del PRI en el año 2000, el IFE validó el triunfo de Vicente Fox, iniciando por primera vez en más de 70 años la alternancia en la Presidencia de la República; no obstante, sus miembros vivieron descalificaciones y críticas de todos los partidos políticos y fueron sustituidos en el año 2003, y así todos los que han llegado al Instituto fueron criticados por sus relaciones con actores políticos.

Así llegamos al año 2014, donde se reformó nuevamente la Constitución Política y se crea el Instituto Nacional Electoral, integrado por diez Consejeros Electorales y un Consejero Presidente siendo nombrado Lorenzo Córdova Vianello, recibiendo constantemente, y como sus antecesores, diversas críticas.

Parte de las fortalezas del nuevo INE es que los Consejeros Electorales tienen un retiro escalonado. En 2020, le tocó al gobierno de AMLO el relevo de cuatro Consejeros Electorales, que aunque su selección estuvo en la discusión pública, de alguna forma llegaron personas palomeadas por Morena, lo que para el gobierno actual generaba una mayor confianza en las resoluciones del organismo.

Pero las recientes resoluciones del Consejo General del INE no fueron del agrado del Presidente ni de Morena, que descalificaron al Instituto e incluso llegaron a señalar que debería desaparecer. Resulta desafortunado que a unos días de las mayores elecciones que enfrente el mandato actual lo señalen, para influir en sus decisiones.

Desde luego que nuestros órganos electorales han sido costosos, claro que han estado ligados algunos de sus Consejeros a los Partidos Políticos, y por supuesto que puede mejorarse el funcionamiento del INE y que podría ser más barato, pero no se le puede descalificar cuando ya no hay tiempo para ello; el INE tiene ahora la responsabilidad de mantener sus resoluciones a costa de su propia desaparición, para eso fue creado, y debe resucitar nuevamente.

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