No es cualquier imagen, es el Presidente en campaña abierta y directa, es el Presidente enseñando el músculo en un momento en que muchas acciones y muchos funcionarios de su Gobierno se encuentran en entredicho y los proyectos de infraestructura que abanderarán su administración necesitan apretar el paso.
El fin de semana, el mandatario publicó una foto en la que se le ve con el empresario Carlos Slim, la composición de la imagen y el mensaje –o los mensajes– son precisos, y así me lo confirman mis fuentes en las cloacas de Palacio Nacional. De entrada, y como primer elemento, llama la atención que sea en blanco y negro, formato que el tabasqueño no acostumbra utilizar.
Segundo, Slim no sólo es uno de los primeros empresarios a quienes invita a su finca en Palenque, Chiapas, sino la primera visita de esta índole que hace pública. Ni Alfonso Romo, “su hermano” como lo llegó a llamar, ni Miguel Rincón, su compadre, han tenido esa distinción.
Tercero, Andrés Manuel aparece frente a la famosa ceiba, que en algún momento abrazó en su campaña por la Presidencia -un árbol gris de gigantesca figura… es el árbol que lo hace todo, recitó alguna vez el poeta Carlos Pellicer- el Presidente, aparece de huaraches y guayabera, cosa que no sólo se le atribuye a un estilo desenfadado, sino a que las cosas se hacen a su modo.
Cuarto, hasta ahora, me dicen estas fuentes cercanas al mandatario, los asuntos de política no se atendían en el hogar. Hay que recordar aquella invitación a José Antonio Meade a la casa de Tlalpan en la etapa de transición, y que generó un disgusto muy fuerte al interior de la familia.
Pero esta ocasión fue distinto, es necesario mostrar a un Presidente renovado, pero sobre todo cercano a los hombres del dinero, para apaciguar las aguas.
Y quinto, el mandatario decide invitar a desayunar al empresario más poderoso del país y hacerlo público en plena campaña electoral y en medio de una disputa abierta con el árbitro de la elección, el Instituto Nacional Electoral, que, dicho sea de paso, es un enfrentamiento inédito por los dichos y los permisos de golpeteo a este órgano. Entonces ¿cuál es el mensaje?
Podrían ser dos: el primero, dar confianza a todos los inversionistas en el país con miras a la jornada del próximo 6 de junio, pues el principal empresario de México, confía en uno de los proyectos más importantes del Presidente López Obrador.
El segundo y no menos importante, apurar a cómo de lugar la construcción del Tren Maya, porque como bien lo dijo el tabasqueño, el emporio de Slim “tiene un tramo a su cargo”.
No cabe duda que el mandatario tiene colmillo, sabe leer los tiempos y sabe mandar mensajes clave para sus simpatizantes y para sus adversarios al mismo tiempo. Aunque la foto, también podría ser un atisbo de que las cosas se le están complicando, o simplemente no le están saliendo.
