Adopción sin miedo

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota Foto: larazondemexico

La organización Tejiendo Redes Infancia ha mencionado que más del 80 por ciento de los menores residentes en los Centros de Asistencia Social en México tiene más de 6 años de edad; y, según Aldeas Infantiles SOS México, las niñas, niños y adolescentes que son mayores de 7 años tienen pocas probabilidades de ser acogidos por alguna familia.

Aunado a lo anterior, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) también reportó que más del 70 por ciento de las niñas, niños y adolescentes que van de los 7 hasta los 18 años tienen dificultad para encontrar un hogar.

Y para muestra de ello, la historia de Cecilia Ortega González, quien llegó a los ocho años a un centro de asistencia social, del que nunca fue adoptada, y que dejó al cumplir la mayoría de edad, 18 años.

“Yo estuve siete años en un centro de asistencia privado y tres en uno público. Habían niñas de mi edad, íbamos a la escuela, al doctor cuando lo necesitábamos, de vez en cuando salíamos de paseo, nunca estaba sola y eso me gustaba. Lo que no me gustaba es que no sabía nada de mi familia, ni mi situación jurídica y el no tener un sentido de pertenencia”.

Actualmente y desde años atrás, hay mitos, tabúes, resistencias, estereotipos, miedos a la adopción de niñas, niños y adolescentes mayores de siete años, los cuales se van quedando en las instituciones sin la mínima esperanza de tener una familia, debido a que la gran mayoría de los padres buscan infantes de meses a seis años.

Sin importar la edad, el acoger a una niña, niño o adolescente en una casa de por vida, es darle la estabilidad, los cuidados y el cariño que necesita, ya que va a ayudarlo a que recupere su confianza y su autoestima.

La mayoría de las parejas que buscan adoptar piensa en niñas y niños más pequeños. Este desencuentro aumenta los tiempos de espera de los más de 30 mil niñas, niños y adolescentes en espera de ser adoptados en nuestro país.

Al parecer, cuando se trata de buscar un candidato para un nuevo hogar, las niñas y niños mayores, o con hermanos, llevan las de perder frente a los más pequeños. Por ello es importante lograr la construcción de una mirada más amplia e inclusiva para darles nuevas oportunidades tanto a chicos como a grandes.

La adopción aporta mucha esperanza desde una doble perspectiva. Por un lado, la de los padres que quieren tener hijas o hijos para formar una familia; y por el otro, el de las niñas, niños y adolescentes quieren crecer en un hogar feliz, amados, respetados y queridos.

Adoptar significa darle una segunda oportunidad a una persona que probablemente ha sufrido un proceso de abandono, y en ocasiones, de maltrato.

“El mejor regalo que le puedes dar a un niño o niña, es tener unos padres, es darles paz, amor, una familia, una casa. Ojalá cada niño en el mundo pudiera tener un abrazo, un beso y un te amo de tu padre y de tu madre”, así nos lo compartió Simón.

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