Dos son las primeras conclusiones del análisis de la balanza comercial para marzo: (i) en materia de comercio exterior ya recuperamos los niveles que teníamos antes de la aparición del Efecto Covid-19 y sus presiones recesivas; (ii) en materia de importaciones el nivel alcanzado en marzo (46 mil 006.5 millones de dólares) fue, para un mes, un máximo histórico y, en el caso de las exportaciones, el segundo mejor resultado (43 mil 000.3 millones), después del máximo histórico de diciembre pasado (43 mil 163.4 millones), todo lo cual, para una economía como la mexicana, enganchada a la globalización, es positivo, y ayuda a la recuperación de la producción, el empleo y el ingreso, producción de la cual depende el crecimiento de la economía, empleos e ingresos de los que depende el bienestar de la gente.
Con relación a la balanza comercial lo primero que hay que tener en cuenta es que, con las exportaciones, satisfacen sus necesidades los extranjeros, mientras que con las importaciones las satisfacemos nosotros, por lo que, desde el punto de vista de nuestro bienestar, son más importantes las importaciones que las exportaciones, pudiendo decir (afirmación que hay que explicar), que las importaciones (compras) son el fin y las exportaciones (ventas) el medio.
En marzo, con relación a febrero (comparación mensual), las exportaciones crecieron 18.8 por ciento y las importaciones 37.3. En marzo, con relación a marzo de 2020 (comparación anual), las exportaciones resultaron 12.2 por ciento mayores y las importaciones 31.4. Estos resultados, tanto en la comparación mensual como en la anual, si las importaciones son el fin y las exportaciones el medio, apuntan en la dirección correcta.
Lo segundo que hay que tener en cuenta, con relación a la balanza comercial, es que, en contra de lo que parece lógico, conviene que la misma sea deficitaria (que las importaciones sean mayores que las exportaciones), y no superavitaria (que las exportaciones sean mayores que las importaciones). No tengo espacio para explicarlo, pero tengamos en cuenta que el consumo, y por lo tanto la satisfacción de las necesidades, depende de lo que se compra (importa), no de lo que se vende (exporta), razón por la cual, desde el punto de vista de la satisfacción de nuestras necesidades, y por ello de nuestro consumo, conviene que sea más lo que compramos (importamos), que lo que vendemos (exportamos). El déficit quiere decir que entra ahorro del exterior. El superávit que sale ahorro hacia el exterior, siendo mejor lo primero que lo segundo.
En marzo las exportaciones sumaron 43 mil 000.3 millones de dólares y las importaciones 46 mil 006.5 millones, lo que dio como resultado un déficit de 3 mil 003.6 millones, el resultado deseable para la balanza comercial.