Contra el dogma binario que divide y simplifica al país entre conservadores y transformadores, la jornada ciudadana del domingo fue antídoto; suave golpe social que da dimensión a nuestra legítima y necesaria pluralidad de pensamiento y experiencia como pueblo, como ciudadanos.
Los resultados se afinan, pero los grandes trazos avanzan en un panorama diverso, retrato del vigor popular que, respetando pandemia, salió a votar, a decir que disiente, que respalda, reclama y exige sin descalificarse, sin aturdirse, sin traicionar a la patria ficticia, uniforme, monocromática, alienada por la palabra del poder.
La percepción de imbatibilidad de Morena y aliados alrededor del Presidente López Obrador, colapsó. En la Ciudad de México el descalabro en el Congreso local y la derrota en nueve de las 16 alcaldías impone severa lección; faltó operación política que no suple la correcta afinidad. En Ciudad de México, lo dijo AMLO, hace falta trabajar con la gente. Trabajar a la gente, opina la picardía.
En el Congreso federal el golpe apenas se disimula con una mayoría simple supeditada al PVEM. Para decidir el presupuesto, herramienta mayor del poder, Morena y PT necesitan a los verdes, afectos a negociar fuerte y sin rubor, para que permanezcan a su lado. Los 40-48 curules ecologistas inclinarán la balanza del 50 por ciento más uno hacia el oficialismo o para la oposición aliada de PAN, PRI y PRD. Movimiento Ciudadano jugará libre en San Lázaro.
Por estos dos tropiezos, el líder nominal de Morena rendirá cuentas. Citlalli Hernández, secretaria general, reconoce que le fallaron al Presidente López Obrador y a la Jefa de Gobierno. Mario Delgado no dice nada. Apelará a la tercera pista de este proceso. Y a la desmemoria.
De las 15 gubernaturas Morena ganó diez. Nada mal si olvidamos las promesas de Delgado Carrillo aventurando mismo número de victorias. Luego descontó Querétaro. Luego fue a San Luis Potosí a apoyar a su aliado Gallardo del PVEM sin que Mónica Rangel, candidata de Morena, pareciera importar. Chihuahua también la dio por derrota segura. Pero 10 nuevos territorios no está mal.
Sin embargo, en las megalópolis de México, Morena pesará menos o nada. Monterrey y Guadalajara pintadas de naranja para MC; la hegemonía chilanga diluida a menos de la mitad. El lado más próspero y productivo del mapa en manos de la alianza PAN-PRI- PRD. El de la subvención oficial queda guinda. Nuevo mosaico capitalino, desde 1997, cuando la izquierda llegó para quedarse. Hasta el domingo 6 de junio.
El INE, la autonomía del árbitro electoral, la institucionalidad cívica para orquestar comicios y contar sufragios, se impuso. Ganó. Con 99.74 por ciento de las 162 mil 570 casillas operando el domingo y con una participación ciudadana de entre 51.7 y 52.5 por ciento del listado nominal de electores con cubrebocas; el árbitro electoral sobrevive al inédito embate político en su contra. Ganó la democracia popular. El menor abstencionismo para una elección intermedia en lo que va del siglo. Pura pluralidad.