Es una realidad que el camino para la mujer en prácticamente todos los ámbitos resulta mucho más complejo que para los hombres, más en los cargos que integran el sector público, lo que se traduce en un absoluto atropello. Ante tal situación, la participación de las mujeres en el gabinete presidencial y al frente de las gubernaturas de los estados de nuestro país resulta una extraordinaria noticia, que debe animarlas a ellas y debe también concientizar a los hombres de la importancia de su participación en las tareas de la más alta responsabilidad en la vida pública de nuestro país.
El Gobierno de México hoy cuenta con mujeres al frente de las carteras más importantes y apremiantes para la vida nacional. Gobernación, Seguridad, Medio Ambiente, Trabajo, Educación, Función Pública, Cultura, Energía y Economía, además de un gran grupo de mujeres al frente de puestos de la más alta relevancia como el Sistema de Administración Tributaria, la Coordinación Nacional de Protección Civil, Correos de México y el Banco del Bienestar, entre muchas otras, provocan un presente histórico y emblemático del lugar que ocupan las mujeres en la administración del Gobierno de México.
Además, a la lista que encabezan la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, se unen las gobernadoras Maru Campos, de Chihuahua; Lorena Cuéllar, de Tlaxcala; Indira Vizcaíno, de Colima; Evelyn Salgado, de Guerrero; Marina del Pilar Ávila, de Baja California, y Layda Sansores, de Campeche.
Las mujeres al frente de las diferentes asignaturas del Gobierno de México y de las dos gubernaturas actuales han realizado una gran tarea; tuve el honor de conocer su trabajo de primera mano y considero que su labor ha sido de gran valor para los ciudadanos mexicanos.
¿Cuándo se había visto un tablero con tal nivel de participación por parte de las mujeres? Nunca. El sector público mexicano había sido ocupado y protagonizado por hombres. Hoy, ellas protagonizan la transformación y han ratificado su avance mediante la victoria en las pasadas elecciones, las más grandes que se han celebrado en nuestro país.
El avance resulta alentador; sin embargo, no puede dejarse de lado el altísimo nivel de violencia al que las mujeres se han visto sometidas en distintos niveles, sectores y ámbitos.
La administración actual ha sido criticada por ciertos grupos por su interacción con las mujeres; sin embargo, en los números y en los hechos, la participación de las mujeres está más presente que nunca.
Los retos que enfrentan las mujeres que encabezan las dependencias y gubernaturas en la vida pública del país son enormes y debemos respaldar sus acciones y gestiones. No podemos negar que falta mucho trabajo por hacer, pero tampoco podemos regatear el gran avance que las mujeres con esfuerzo, disciplina, sacrificio y talento, con el respaldo de algunos integrantes de las diversas fuerzas políticas y el apoyo de los integrantes del Gobierno federal, han logrado para ocupar espacios relevantes y protagónicos en la vida nacional.