Tras la visita de la vicepresidenta Kamala Harris a México, la mismísima Casa Blanca emitió un comunicado precisando los ejes de trabajo y cooperación con el régimen de Andrés Manuel: el gobierno de Joe Biden fue muy enfático en impulsar el desarrollo del sureste mexicano, donde la compañía portuaria Griver, que encabeza Manuel Alexis Enciso y dirige Edgar López, impulsa el desarrollo de Puerto Chiapas como eje integrador de la producción y comercialización agrícola de una de las regiones más fértiles del mundo.
La Casa Blanca escribió que impulsarán “un paquete de garantías, créditos y otros compromisos que ayudarán a generar una base de crecimiento en el sureste de México, creando empleos y reduciendo la desigualdad en la región” por lo que “creará un esquema de inversión de 250 millones de dólares para fortalecer las cadenas de valor de cacao, café y ecoturismo”.
Antes de la visita de Kamala, Griver trabajó en el desarrollo de un modelo de inversión (cerca de 150 millones de dólares en algo así como tres años) para fortalecer la cadena de producción precisamente de café, mango y plátano a través de alianzas asociativas con principales agrupaciones de productores en la región con el soporte de Caxxor Group que dirige Carlos Ortíz.
Su objetivo es elevar la productividad con la aplicación de tecnología para el campo y la incorporación de valor agregado (para lo que se requiere de una planta adecuada para procesamiento agroindustrial); y en simultáneo, construir los pedimientos con las agrupaciones de importadores y operar en el mercado internacional como un consignatario de agroproductos.
Éste es un modelo de negocio pocas veces visto en México, que implica avanzar en crear las cadenas de valor (precisamente lo que apoya el gobierno estadounidense) en el sureste mexicano, y que para su ejecución requerirá la participación de Nafin-Bancomext, a cargo de Juan Pablo Botton, y de Sader, donde el equipo de Víctor Villalobos se compromete a eficientar sus apoyos en este tipo de proyectos.
En resumen, Puerto Chiapas no es sólo un puerto: es el punto en el que confluyen compromisos firmes de producción-compra-venta, financiamiento y soporte tecnológico sobre la base de una política de estado.
México liberará vacuas anti-Covid. Pues que tan pronto los laboratorios globales que desarrollaron las vacunas contra el Covid-19 vean la liberación de licencias que comprometieron en la Organización Mundial de la Salud al inicio de la emergencia sanitaria, la Cofepris que lleva Alejandro Svarch tomaría cartas en el asunto para que se permita —al igual de lo que sucede ya en Estados Unidos— la comercialización del fármaco por parte de particulares. Esto podría suceder en los próximos meses, lo cual, de entrada significará que disminuirá la presión sobre las finanzas nacionales que estarán a cargo de Rogelio Ramírez de la O, y la creación de un mercado estable del producto. Ojalá así sea.
Contra viento y marea. Yucatán es un ejemplo de resiliencia: entre agosto de 2020 y mayo pasado, se recuperaron 14,653 empleos de los más de 25,000 que se perdieron por la pandemia Covid-19. Las políticas empujadas por el gobierno de Mauricio Vila para empujar inversión pública y dar confianza a los particulares, es lo que permite este avance que constata el IMSS en su último reporte laboral y que reporta su sexto mes de avance. En lo que va del 2021 el avance de registro de trabajadores formales creció 2.9%, ubicándose Yucatán entre las 10 entidades de mejor ritmo de recuperación. Es decir, el Acuerdo para la Reapertura Económica Segura firmado en septiembre pasado ofrece ya resultados con proyectos audaces como The Sky, el primer rascacielos en la entidad.