Tokio a la vista

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero
David E. León Romero La Razón de México

Nos encontramos a menos de un mes de la justa olímpica que se llevará a cabo en Tokio. La emergencia que vivieron decenas de países ocasionada por el Covid 19 obligó la posposición de los Juegos Olímpicos de Tokio, Japón, que se tenían planeados para el 2020, para el próximo 23 de julio del 2021. Los juegos durarán dos semanas, teniendo programada la clausura para el domingo 8 de agosto.

Tokio será una justa especial. El Covid-19 ha modificado nuestras dinámicas de comportamiento y el deporte no está exento. Tanto deportistas como aficionados se han visto afectados y participarán de los juegos de manera diferente. Los eventos no albergarán aficionados de origen extranjero, lo que seguramente restará ambiente y una enorme derrama económica. Los deportistas debieron modificar su manera de entrenar para cuidar su salud y la de sus compañeros; por ejemplo, un deportista que antes del Covid-19 podía entrenar hasta 8 horas diarias en el mismo sitio, para privilegiar el distanciamiento y compartir las instalaciones, debió reducir el tiempo a menos de la mitad. En otros casos, tuvieron que suspender totalmente sus rutinas derivado del cierre de espacios deportivos. Varios eventos que solían servir como antesala y preparación para la justa se vieron modificados y cancelados también. El proceso ha sido más difícil que de costumbre, la incertidumbre ha colmado a los atletas, pero ha sido más fuerte su sacrificio, determinación y disciplina para salir adelante.

A pesar de todo ello, la delegación mexicana estará presente, integrada por más de 100 deportistas. El esfuerzo que atletas, sus familias y sus entrenadores han realizado es digno de absoluto reconocimiento. Los retos y adversidades que han enfrentado para alcanzar el boleto olímpico se han agudizado, increíblemente por conflictos que van más allá del terreno deportivo. Varios de ellos han referido abandono institucional. La expectativa está en conseguir 5 medallas. Veamos cuál es el resultado. Lograr el nivel de desempeño para siquiera estar parado en una cancha o una pista en unos Juegos Olímpicos es sumamente complicado y pareciera que en nuestro país lo es aún más.

El deporte mexicano atraviesa por un momento clave. Terminada la justa olímpica deberemos provocar un análisis profundo que nos permita iniciar un nuevo ciclo en la búsqueda de la consolidación de un sistema que otorgue como resultado deportistas profesionales competitivos en plenitud. Los atletas mexicanos están caracterizados por una pasión y disciplina a toda prueba.

Nuestro sistema deportivo debe proveer de todo lo necesario al atleta para que pueda potenciar su talento y capacidad. Debe de encargarse de todo lo que le rodea para permitirle a él concentrarse en su desempeño. El sistema debe arropar al atleta. Estas grandes y muy admirables historias de nuestros deportistas que nadan contracorriente prácticamente en solitario y con todo en contra para allegarse de lo mínimo indispensable y con ello conquistar el éxito deben terminar. Si logramos un sistema deportivo solvente, podremos multiplicar historias de éxito gracias al talento y disciplina de los deportistas mexicanos, que seguramente redundarán en medallas olímpicas, además de fortalecer y cultivar la cultura física entre nuestros niños y jóvenes, que tanto urge.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.

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