Autos “chocolate”

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal larazondemexico

Autos “chocolate”: automóviles de marcas, modelos, versiones no ofrecidas en México por concesionarios, cuya importación está prohibida, por lo que son introducidos ilegalmente al país, afectando los intereses (ojo: intereses, no derechos), de las armadoras que operan en el país.

Libre comercio: marco institucional por el cual los consumidores, comprando o no, deciden la composición (el qué), y el monto (el cuánto), de las importaciones, de tal manera que se importa lo que ellos quieren, en las cantidades que quieren, respetándose su libertad para comprar lo que quieran, producto nacional o extranjero; a quien quieran, oferente nacional o extranjero; en donde quieran, en el país o en el extranjero, tal y como debe ser.

La prohibición de importar coches usados, que para muchos es la mejor, si no es que única, opción para hacerse de un auto, va en contra del libre comercio, de la libertad individual para comprar, va de nuevo, lo que se quiera, producto nacional o extranjero; a quien se quiera, oferente nacional o extranjero; en donde se quiera, en el país o en el extranjero, prohibición que tiene como fin defender el interés, de las armadoras que producen en México, de no tener la competencia que trae consigo la importación de coches usados, prohibición que defiende el interés (ojo: interés, no derecho), de las armadoras de tener la menor competencia posible, violando el derecho (ojo: derecho, no interés), de los consumidores a la libertad individual para comprar, va de nuevo, lo que quieran, producto nacional o extranjero; a quien quieran, oferente nacional o extranjero; en donde quieran, en el país o en el extranjero.

La semana pasada AMLO prometió que se regularizarán los autos “chocolate” en Baja California, promesa a la cual hay que hacerle los siguientes cometarios.

Dado que la prohibición de importar autos usados es injusta, porque viola el derecho a la libertad individual para demandar, comprar y consumir, y es contraria al libre comercio, y a la competencia que el mismo ocasiona en beneficio de los consumidores, la legalización de los autos “chocolates” es, desde el punto de vista ético, una medida a favor de la justicia (respetar derechos) y, desde la perspectiva económica, a favor del bienestar (de la competencia).

Si es una medida éticamente justa, y económicamente eficaz, debe aplicarse en todo el país, no solo en Baja California. Aplicarla en todo el país sería una muestra de Estado de Derecho, por el cual se trata a todos por igual. Hacerlo solamente en Baja California sería una muestra del Estado de chueco, por el cual AMLO decide quien sí, y quien no, puede importar autos usados, respetando la libertad de los primeros, violando la de los segundos, distinción que ningún gobernante debe tener el poder para hacer.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.

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