El cobro de favores recibidos

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser larazondemexico

Pareciera que se han colocado en el radar electoral sólo los resultados de las elecciones para gobernador y el Congreso.

Si bien son cargos determinantes, no se debe desatender que la relación ciudadanos-gobernantes tiene en los municipios su esencia y fundamento, en ellos empieza y termina la cotidianidad. Es a través de los municipios donde se estructura la relación gobernante-ciudadano.

Las presidencias municipales son el espacio en donde se deben resolver el día tras día, son determinantes por sus funciones e influencia. La importancia de las gubernaturas y su rol político y social son parte fundamental de la estructura política de la democracia, pero para la vida diaria ciudadana se ven lejanos, el aquí y ahora está en los municipios.

En algunos estados las elecciones municipales estuvieron determinadas por el peso, presión e influencia de la delincuencia organizada. De antemano se sabía, pero parece que en esta ocasión los problemas se agudizaron.

Habrá que ver qué documentos tiene el gobernador de Michoacán, porque pudiera ser que haya elementos para denunciar el papel que pudieron haber jugado los cárteles en las elecciones y cómo pesaron en los resultados. Si así fuera, no perdamos de vista que tarde que temprano vendrá el inevitable “cobro por favores recibidos”.

Hemos conversado con diferentes sacerdotes en municipios en donde está establecida la delincuencia organizada y constatamos la importancia de lo que hacen y dicen. A diferencia de los políticos y los aparatos de seguridad ellos han ido estableciendo relaciones con la delincuencia, que si bien los lleva a correr altos riesgos, también posibilita atemperar en muchos casos la violencia cotidiana, la cual si a alguien afecta es a la población.

En Aguililla, Michoacán, el único reducto que se conserva aislado de la violencia es la Iglesia. Los habitantes y los delincuentes lo saben, es un espacio de paz relativa que se vuelve por momentos un refugio ciudadano. Recordemos la relevancia de la visita del nuncio y también recordemos la promesa del Presidente de visitar el municipio, la cual no ha cumplido por razones que suponemos pasan por las condiciones que enfrentarían en la zona.

Los delincuentes por ahora han respetado en lo general a los sacerdotes; sin embargo, los prelados viven bajo el riesgo porque pocos como ellos saben lo que enfrentan los ciudadanos.

Hemos conversado en varias ocasiones con el obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel. Pocos como él tienen tan claro el panorama. Ha denunciado la presencia de la delincuencia organizada y cómo presiona en las elecciones.

“Quienes hoy denuncian a los ganadores de las elecciones en varios municipios del estado pueden ser denunciados de lo mismo, la delincuencia organizada habló con unos y otros”. El problema está en muchos municipios, porque los cárteles se han metido de tal manera que tarde que temprano van a exigir su cuota.

El asunto, nos dice el obispo, ya no está necesariamente en las tierras o en el paso de las drogas, “hoy está en los presupuestos, los delincuentes apoyan candidatos para luego cobrarles con dinero del erario”.

La pregunta importante es plantearnos quién está gobernando muchos municipios en estados como Michoacán y Guerrero.

La idea del narcoestado en algunas de estas zonas es palpable, porque en los hechos estamos viendo que hay más cárteles y ellos son quienes determinan las reglas del juego. A los presidentes municipales y a los ganadores de las elecciones no les queda de otra que aceptar las reglas de los cárteles.

Es un hecho que hay más cárteles por pequeños que sean y ellos imponen el narcoestado. Son quienes gobiernan y van a gobernar, porque van a cobrar los favores recibidos.

RESQUICIOS

Venga el desenlace que venga con la orden de aprehensión de Miguel Alemán Magnani, se cierra una época en la historia de uno de los grupos político-empresarial más influyentes de los últimos 70 años.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.

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