Rumbo a 2030

DESDE LAS CLOACAS

El Duende La Razón de México

Un distractor más, una anticipación a los tiempos, una cortina de humo, el fin del tapado. Las versiones sobre los destapes de hace unos días por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador son varias y hoy les voy a contar una que viene directito y recién cocinada desde dentro de Palacio Nacional.

La lista oficial de los presidenciables —completa o incompleta— como si fuera una lista de jugadores previa a un partido es una estrategia bien pensada y diseñada. Incluso “divertida” para el Presidente.

No, no es que Andrés Manuel esté cansado y tirando la toalla o que se haya acabado el sexenio, por el contrario, me cuentan mis fuentes en estas cloacas del poder, que los movimientos de los últimos días tienen la intención de abrir el abanico para que no golpeen a quien o quienes —considera el tabasqueño— garantizarían la continuidad de su proyecto de aquí al 2030, cuando él cree que las políticas implementadas en su sexenio estarían consolidadas.

Lo anterior es reacción, entre otras cosas, a una campaña que han detectado desde Palacio, y en la que según sus datos la oposición busca rumbo a 2024, primero, desinflar a los perfiles más fuertes: Claudia y Marcelo, para que así Morena llegue con un aspirante endeble a la contienda y éste sea más fácil de doblar.

Entonces, López Obrador les está diciendo, con este destape y otros más de los que se hablará en los próximos días, “Claudia y Marcelo no son los únicos, en mi equipo hay más perfiles” y que así los misiles apunten en otras direcciones y no sólo en quienes podrían llevar a buen puerto la Cuarta Transformación.

Los dos han seguido al tabasqueño casi en el mismo nivel de jerarquía, hoy, Sheinbaum es la Jefa de Gobierno de la Ciudad, que es el mejor aparador para 2024, pero Marcelo es quien ha operado, entre otros encargos de primer nivel, la compra de vacunas contra el Covid-19. No está demás decir que el ex jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal está un paso adelante en el control del partido con Mario Delgado en la dirigencia nacional.

En esta estrategia, me cuentan, el tabasqueño tiene como prioridad echar a andar la Línea 12 para cobijarlos a ambos, un gesto de agradecimiento a la lealtad con la que se han mantenido los dos desde el fatídico año político 2005.

Y es que desde hace ya varios meses, y quizás desde el último año, López Obrador considera que quienes pueden darle continuidad a su proyecto de nación y a su aspiración legítima de pasar a la historia como un buen presidente, son sólo estos dos personajes.

Llegado el momento, por ahí de 2023, se definirá quién de los dos, además de garantizar la continuidad de la 4T, también le puede garantizar al de Macuspana la realización de su sueño dorado, dejar una imagen positiva en todos los que confiaron en él. Al tiempo.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.

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