Las consecuencias para habitantes de comunidades y municipios que han sido desalojados de sus lugares de origen por grupos armados o conflictos entre los propios pobladores, envueltos en añejas disputas, ignorados por las autoridades, se registraron en Oaxaca, en donde los habitantes de Río Santiago retuvieron a decenas de efectivos de la Guardia Nacional, policías estatales e integrantes de la Fiscalía.
Para liberarlos, los habitantes de ese poblado exigen la presencia del gobernador priista, Alejandro Murat Hinojosa, por la falta de atención del secretario de Gobierno a los problemas que les han expuesto tras ser desplazados a tiros por los habitantes de Santiago Xochitepec, problema que se ha multiplicado también en otras entidades, por rivalidades similares o acoso de grupos criminales.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Echar a andar el proceso de sucesión presidencial con tanta anticipación, para tratar de distraer la atención de los muchos problemas que día a día se agravan en el país —aun cuando algunos de sus seguidores niegan que sea así— motiva una pregunta que se empieza a repetir en muchas partes de la República: ¿Podrá Andrés Manuel López Obrador evitar que los aspirantes a los que ha mencionado a sucederlo, que realmente tienen posibilidad de lograrlo, inicien su activismo?
Eso, a pesar de promesas públicas de lealtades, agradecimientos, debilidades o riesgos a provocar enojo o malestar del mandatario, va a desatar prematuros enfrentamientos, reproches y golpeteo entre grupos que simpaticen y apoyen o que algunos empiecen a atraer atención y reflectores, más pronto que tarde despertarán recelo en el hoy ocupante de Palacio Nacional, cuyas mañaneras y continuas giras dejarían de contar con ellos.
Ayer, por cierto, Ricardo Monreal, el varias veces excluido por el Presidente entre los nombres de su posible sucesor, le aseguró a Joaquín López-Dóriga en Radio Fórmula, que él “espera estar en la boleta presidencial con Morena”; que no coincide en la sucesión anticipada de que la candidata de López Obrador sea Claudia Sheinbaum; insistió en que el método de encuestas para elegir candidato, “está desgastado” y reiteró su desacuerdo en que se anticipara el proceso.
Por más intentos de promover la participación ciudadana en la consulta popular del 1 de agosto para, supuestamente, “enjuiciar” a los cinco antecesores del Presidente López Obrador, al menos las clases medias, vapuleadas en las mañaneras por no haber votado por Morena en las elecciones capitalinas del 6 de junio, no parecen dispuestas a acudir a las urnas.
De llegar a darse esa “venganza de aspiracionistas maltratados”, será difícil que se alcance el porcentaje de votos necesario para proceder contra “los actores políticos” del pasado, que no son sino los antecesores del tabasqueño, que en dicha jornada electoral podría fracasar de nuevo.