Quizá el secretario Jorge Alcocer lo desconoce, o si lo conoce, quiere cucar a los pacientes y sus familiares: resulta torpe y hasta cruel presumir la compra de 217 millones de piezas de medicamentos para el sector público y colocar como gran éxito la distribución de 26.6 millones de ellos en un país donde el sector público consume 2 mil millones de piezas (y que ya estaban distribuidas arriba del 90% a mitad de los años anteriores), y sin que haya certeza de fecha en tiempo y calidad para la entrega en las clínicas y hospitales que ahora controla el Insabi, de Juan Ferrer.
Ya la semana pasada en su informe anual, Grete Faremo presumió el buen negocio que ha sido operar para México, que le paga 150 millones de dólares. Ciertamente a esa entidad le tiene sin cuidado la entrega oportuna y de calidad de esos productos, o la transparencia; El Club de los Pibes, que aquí lleva Giuseppe Mancinelli, no ha expresado los precios unitarios de una compra a cuentagotas, además de que todavía faltan por que arriben los productos y se distribuyan (que se llene el canal) hasta los usuarios finales. El director del Instituto de Investigación Farmacéutica (Inefam), Enrique Martínez estima que esto puede llevar entre dos y tres meses dependiendo del arribo de los productos y la distancia de los puntos de atención de salud.
El Insabi tuvo que hacer una apresurada contratación de tres operadores logísticos, dejando a Bermex, de Pedro Zenteno, las entregas en la CDMX. Contrató a CINSA, que dirige Rubén Hernández, surtiendo región 4 (EdoMex, Michoacán, Jalisco, Nayarit y Colima). Participan también Arcar, de Agustín Padilla, con las zonas del norte-centro (1, 6 y 7), y Vantage, de Jesús Garrido, con la zonas norte-pacífico y sureste (2 y 3). Pero, ojo, sólo se contrató para entregas a las capitales de los estados, no para cubrir la llamada “última milla”.
El costo promedio en la distribución a los capitales es de aproximadamente 2.6 pesos la pieza. A ello habrá que agregar el costo de esa “última milla”, costo que puede variar muchísmo debido a que en zonas cálidas (y en pleno verano) se requieren unidades refrigeradas para mantener “fresco y seco” los medicamentos para que no se degraden sus cualidades terapéuticas…, a menos que se tome el riesgo de que “lleguen podridos” a médicos y pacientes.
¡El gaaaaaasss! La Comisión Federal de Competencia Económica, que encabeza Alejandra Palacios, ya puso las primeras objeciones legales a la pretensión de la CRE, que encabeza Leopoldo Melchi, para establecer un control de precios (un “techo máximo”) al gas licuado de petróleo. La Cofece hizo un exhorto claro y directo a la Comisión Reguladora de Energía a que respete el proceso normativo, establecido en la Ley de Hidrocarburos, para que el control de precios se aplique sólo cuando haya una declaratoria de “ausencia condiciones de competencia”, a fin de evitar precios artificiales y derivar en problemas tan graves como el desabasto y mercados negros. No sería de extrañar que Cofece interponga controversia judicial contra una medida que intenta suprimir la competencia en el mercado de gas.
Sustentabilidad agrícola. En la Cumbre de Sistemas Alimentarios 2021 celebrado en Roma, el secretario Víctor Villalobos llamó, a nombre de México, el que todos los países expresen su compromiso para transitar hacia formas de producción de alimentos más amigables con el ambiente. El titular de Sader participó en la plenaria y en la Mesa Redonda de Alto Nivel del Grupo Consultivo en Investigación Agrícola Internacional (CGIAR), donde se abordó la agenda la Agenda 2030 para transformar los sistemas alimentarios en sistemas sustentables, entre ellos los de trigo duro que nuestro país exporta a Italia. Ante tal reto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural no tendría que ser objeto de nuevos recortes presupuestales, como los planteados para eliminar el Seguro Agrícola.