La consulta: criminalizar decisiones políticas

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Bernardo Bolaños *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

La consulta pretende marcar una diferencia radical entre neoliberalismo y actualidad. En los pósters promocionales, pegados por todas partes, vemos resumir el reclamo a cada expresidente: Atenco a Fox, nexos con el narco durante el sexenio de Calderón, fraude del 88 a Salinas. Mario Delgado, aunque es economista, aparece en un video panfletario, atribuyendo la crisis del 95 a la persona de Zedillo. Pero ni la propaganda puede borrar líneas de continuidad entre pasado y presente.

Bartlett ha sido señalado no sólo por la “caída del sistema electoral” hace 33 años, sino porque bajo su responsabilidad como secretario de Gobernación, la seguridad nacional fue vinculada con los cárteles de la droga. En particular, la Dirección Federal de Seguridad con el Cártel de Guadalajara. No dejen de ver el documental sobre el periodista Manuel Buendía en Netflix. Ahí también se muestra que, antes de la llamada “guerra de Calderón”, el crimen organizado comenzó a matar periodistas al aire libre y amenazar la seguridad nacional. Sergio Aguayo incluso afirma que la historia del siglo XX es la del debilitamiento del Estado mexicano frente al narcotráfico. Y el actual gobierno no ha sido mejor en la materia.

El populismo infantiliza la discusión sobre las grandes decisiones de Estado. Supuestamente ya no hay espionaje, ni Fobaproas, ni turbias ligas con el crimen organizado. ¿De verdad? En el mejor de los casos, cuando ha habido giros de 180 grados se ha generado el escándalo inverso: en vez de endeudamiento excepcional para enfrentar la pandemia, se sacrificó a ciudadanos y empresas: en efecto, no hubo ayudas de emergencia, y ello provocó que se duplicara la pobreza extrema. En vez de programas tipo Fobaproa, para rescatar a grandes compañías, se empuja a la quiebra a farmacéuticas como Pisa, o se cobra a CanSino para dejarle hacer ensayos clínicos con la población mexicana. ¿Cómo sabemos esto? El general Aamer Ikram, director ejecutivo del Instituto Nacional de Salud de Islamabad, Pakistán, ha reconocido que ese gobierno ganó millones de dólares con la vacuna CanSino por permitir que en su población se probara la fase III del biológico en cinco instituciones de salud locales. ¿Alguien es tan ingenuo para creer que México no cobró? Suponiendo que fue lo correcto, ¿por qué se ha reservado la información en nombre de la seguridad nacional?

Zedillo venía del Banco de México y salvó a banqueros. Hoy se favorece a empresarios del beisbol y a paisanos tabasqueños.

Así, en vez de tratar de infantilizarnos con la consulta, criminalizando el pasado entero, el Estado debiera impartir justicia y dejar el resto para una deliberación democrática. De otro modo, invitan a satanizar toda decisión política fundamental. Si salvar empresas es un crimen para la 4T, dejarlas quebrar lo será para futuros gobiernos de oposición. Si el Fobaproa es objeto de linchamiento popular, el contrato con CanSino u otra decisión controvertida (según puntos de vista) podría serlo en unos años.

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