Recuperación de la producción, de la confianza y el empleo

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

La recuperación está en marcha. Así lo confirmó la estimación preliminar del Inegi sobre crecimiento del PIB del segundo trimestre que apuntó un avance de 1.5% respecto al primer trimestre. Si bien el dato resultó ligeramente por debajo del consenso de analistas levantado por Bloomberg (1.8%), da cuenta de la aceleración de la producción, principalmente del sector servicios, debido a la apertura de las actividades ligadas a este sector. También la industria y la agricultura crecieron, pero su contribución a la aceleración fue menor.

Respecto al segundo trimestre del año anterior el avance de la economía fue de 19.5%, tasa muy alta debido a la fuerte caída de la producción nacional el año pasado (-18.7% en el segundo trimestre y -8.5% en todo el año).

Este desempeño positivo de la economía nacional, al que ya nos hemos referido en varias ocasiones en este espacio a través de otros indicadores además del PIB, ha generado un mayor optimismo en la población que se refleja en los indicadores de confianza del consumidor y de los productores.

En este sentido, la confianza de los productores en julio continúa en la zona de optimismo (arriba de los 50 puntos) por segunda ocasión después de 20 meses por debajo de dicho umbral. Todos los sectores que incorpora el índice se encuentran en zona de optimismo, hecho que manifiesta mayor confianza en la recuperación económica por parte del empresariado.

En paralelo, la confianza del consumidor se mantiene durante julio en el mismo nivel del mes anterior (44.3 puntos) después de cinco meses de incrementos consecutivos. Este resultado está por encima del umbral estadístico de 34.5 puntos que representa el límite entre las zonas de optimismo (por arriba) y de pesimismo (por abajo). Asimismo, la confianza del consumidor se ubica ya en niveles similares a los vistos antes de la crisis.

El optimismo reciente, especialmente de los consumidores, tiene sustento también en un incremento en los niveles de empleo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, a lo largo del primer semestre han mejorado las condiciones en el mercado laboral. En la primera mitad del año se han creado aproximadamente 2.3 millones de empleos respecto a diciembre pasado (los ocupados actualmente son 55.1 millones de personas); de los cuales 1.3 millones se generaron en el sector formal y un millón en el informal. En adición, la calidad de empleo ha mejorado si se considera que la tasa de subocupación (v.g. porcentaje de los trabajadores que buscan un empleo adicional) se redujo hasta 12.4% en junio desde 14.2% en diciembre.

Si bien todavía estamos lejos de cantar victoria en términos de crecimiento y empleo, pues todavía no alcanzamos los niveles de producción y calidad del empleo previos a la crisis, es evidente la reactivación de la economía, además del fortalecimiento de la confianza de los productores y consumidores.

Empero, los riesgos no han disminuido, la fuerza de la tercera ola de contagios pone en entredicho las expectativas de crecimiento. Es necesaria la acción del gobierno para incentivar todavía más la inversión pública y privada, cuyos niveles actuales son a todas luces insuficientes para lograr un crecimiento sostenido en lo que resta de este año y los siguientes. Todavía nada que presumir.

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