¿Por qué, cuando a los economistas nos preguntan cómo va la economía, por lo general la primera respuesta que damos es en términos del Producto Interno Bruto, PIB, que es la producción de bienes y servicios, para el consumo final, que tiene lugar en un país? ¿Por qué es importante esta variable? Porque está relacionada con el crecimiento de la economía y el bienestar de la gente.
Está relacionada con el crecimiento de la economía porque el mismo se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, por el comportamiento del PIB. Si la economía creció X por ciento, lo que creció X por ciento fue la producción de bienes y servicios, ofrecidos para la satisfacción de las necesidades.
Está relacionada con el bienestar porque para producir alguien debe trabajar, creación de empleos, y a quien trabaja se le paga por hacerlo, generación de ingresos, empleos e ingresos de los que depende el bienestar de la gente, que a su vez depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que dispone, la mayoría de los cuales deben comprarse, para lo que se requiere ingreso, para lo que se requiere empleo. No puede haber bienestar sin crecimiento. El segundo es la causa cuyo efecto es el primero.
Además, para minimizar la escasez, el hecho de que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis, una de las condiciones que debe cumplirse es que se produzca y ofrezca lo más posible, para lo cual el PIB debe crecer lo más posible.
Por lo anterior resultan graves las recesiones económicas, trimestres consecutivos con decrecimientos del PIB, lo cual no quiere decir que no se produce, sino que se produce menos, aumentando la escasez y reduciéndose el bienestar, tal y como sucedió en México entre el segundo trimestre de 2019 y el primero de 2021, durante los cuales el crecimiento promedio trimestral del PIB fue de menos 4.84 por ciento, habiendo sido el más grave el segundo del 2020, con crecimiento del menos 18.7 por ciento, trimestre contra el que se compara el segundo del 2021, durante el cual el PIB creció, consecuencia de lo que se conoce como efecto rebote, 19.5 por ciento, cifra engañosa, precisamente, por ser consecuencia del efecto rebote: comparando con un resultado muy malo, el del segundo trimestre de 2020, no resultó difícil obtener un resultado muy bueno, el del segundo trimestre de 2021, que desaparecerá gradualmente. Según los resultados de la encuesta de julio del Banco de México a los economistas del sector privado, en los próximos cuatro trimestres, del tercero de 2021 al segundo de 2022, éste será el crecimiento del PIB: 6.37, 3.74, 3.72 y 2.61 por ciento, con lo cual habremos vuelto a la normalidad, que para la economía mexicana es un crecimiento alrededor del 2.5 por ciento.