Filosofía mexicana y Mexican Philosophy

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Nos guste o no, el inglés se ha convertido en la lengua franca de la filosofía en el mundo. El meollo del asunto no es lingüístico. Detrás de ello, hay muchos aspectos ideológicos, institucionales y académicos que merecen ser considerados.

Tomemos el caso de la filosofía europea. En un libro reciente (Desde fuera. Una filosofía para Europa), Roberto Esposito afirma que ya no podemos entender la filosofía alemana, francesa o italiana así sin más, sino que debemos concebirlas como German Philosophy, French Theory e Italian Thought. Es decir, la filosofía europea pasa por los circuitos estadounidenses y de ahí se redistribuye por el mundo entero, incluso por la propia Europa.

Las filosofías nacionales ya no son castillos rodeados por una muralla. Ahora cada filosofía nacional está inmersa en un intercambio, una comunicación, una transacción.

La lista de títulos sobre Mexican Philosophy ha ido creciendo en años recientes, pero lo que seguramente consolidará la inclusión de esta categoría en el inventario de la filosofía global es la inminente aparición del Journal of Mexican Philosophy, editado por Robert Sánchez, profesor del Occidental College, y Carlos Sánchez, profesor de la Universidad Estatal de San José

Es en esa coyuntura que hoy en día podemos hablar de una Mexican Philosophy, entendida como una categoría de la filosofía internacional. La lista de títulos sobre Mexican Philosophy ha ido creciendo en años recientes, pero lo que seguramente consolidará la inclusión de esta categoría en el inventario de la filosofía global es la inminente aparición del Journal of Mexican Philosophy, editado por Robert Sánchez, profesor del Occidental College, y Carlos Sánchez, profesor de la Universidad Estatal de San José.

El filósofo mexicano José Vasconcelos, en una foto de archivo.

La transformación de la filosofía mexicana en Mexican Philosophy no había sucedido antes por varias razones, una de ellas, era porque en los departamentos de filosofía de los Estados Unidos no se aceptaba —quizá no sólo por un prejuicio sino por mero desconocimiento— que hubiera algo parecido a ello. En la actulidad ya existen en los departamentos de filosofía de varias universidades estadounidenses cursos con el título de Mexican Philosophy, de la misma manera en la que hay cursos sobre German Philosophy o Chinese Philosophy.

Lo que resulta inquietante es que, hasta hace relativamente poco tiempo, en México tampoco se aceptaba que existiera la filosofía mexicana y que, si concedía a regañadientes que la hubiera, se le ignoraba de manera flagrante. Es por ello que el estudio de la historia de la filosofía mexicana casi siempre se ha planteado como el estudio de la historia de la filosofía en México. El detalle puede resultar insignificante pero no lo es. No es lo mismo decir que se ha hecho filosofía en México, que decir que en México se ha hecho filosofía mexicana. Los filósofos mexicanos no se han sentido con la confianza para decir que los que ellos hacen tiene el mismo estatus que lo que hacen los filosófos ingleses o alemanes. Afortunadamente este sentimiento de inferioridad de nuestra filosofía se está superando a pasos agigantados.

Y tampoco olvidemos que la filosofía mexicana se ha escrito en varios idiomas: la hubo en latín, siempre la ha habido en las lenguas originales del territorio, como el náhuatl, y ahora también la hay en inglés e, incluso, en spanglish. La categoría de Mexican Philosophy nos permite concebir la conformación de una nueva filosofía hibrida, en parte mexicana y en parte estadounidense, de una práctica teórica que abreva de las dos tradiciones y tiene un pie en cada una de ellas

Lo que hemos de preguntarnos ahora es ¿qué consecuencias podrá tener la gestación de la categoría de Mexican Philosophy en la propia filosofía mexicana. ¿Qué dirán los filósofos mexicanos que nunca han creído en la existencia de una filosofía mexicana cuando vean en los catálogos de publicaciones que les llegan de los Estados Unidos los anuncios de libros sobre Mexican Philosophy? ¿Ayudará la Mexican Philosophy a que la filosofía mexicana pueda cobrar nuevas fuerzas al verse reflejada en el lustroso aparador de las universidades del otro lado de la frontera? ¿Acaso la categoría de Mexican Philosophy nos permite imaginar la conformación de una nueva disciplina bilingüe y binacional?

Sobre esta última pregunta quisiera sugerir una respuesta provocadora. Quizá ya es tiempo de que dejemos atrás dos viejos dogmas de nuestra cultura: el de que sólo se puede hacer filosofía mexicana dentro de las fronteras de México y el de que sólo se puede hacer filosofía mexicana en idioma español. No olvidemos que Clavijero y Vasconcelos, sólo por mencionar dos ejemplos, escribieron sus libros en el exilio. Y tampoco olvidemos que la filosofía mexicana se ha escrito en varios idiomas: la hubo en latín, siempre la ha habido en las lenguas originales del territorio, como el náhuatl, y ahora también la hay en inglés e, incluso, en spanglish. La categoría de Mexican Philosophy nos permite concebir la conformación de una nueva filosofía híbrida, en parte mexicana y en parte estadounidense, de una práctica teórica que abreva de las dos tradiciones y tiene un pie en cada una de ellas.

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