Tabasco power y pax legislativa, al minuto

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

De una, el Presidente López Obrador acomodó sus fichas en distintos tableros y dejó en claro quién controla el juego. Los juegos.

Aquí mandó un chilorio power por ascendencia y poder de priistas sonorenses como Luis Donaldo Colosio, Manlio Fabio Beltrones y sus amplios entornos; hubo una descendencia de los Rojo en Hidalgo que pintaron hasta Murillo Karam sin olvidar al celebérrimo grupo Atlacomulco del Estado de México, cantera de gobernadores, regentes y presidentes.

AMLO incrusta a Tabasco en el mapa de los ejes de mando en México con el nuevo secretario de Gobernación que se suma a Octavio Romero de Pemex, Javier May de Bienestar, Juan Antonio Ferrer del Insabi, y Audomaro Martínez del Centro Nacional de Inteligencia.

Adán Augusto López es nueva corcholata rumbo al 2024. Paisano de AMLO, pisará fuerte desde Bucareli en pos del control político nacional para el Palacio grande, el del Zócalo.

Interlocutor con gobernadores que serán mayoría Morena. Negociador de cuitas y cuotas. Correa de transmisión, poder revitalizado en la cartera más devaluada durante la transformación.

La ministra Sánchez Cordero se recompone con la presidencia del Senado. La exsecretaria llega para estar muy cerca de un astro que se apaga en los afectos presidenciales.

Entre Olga Sánchez y Gabriel García Hernández, excoordinador nacional de programas sociales, AMLO tiene dos cuñas, discretas, pero contundentes, en la rampa que Ricardo Monreal construye a diario desde su liderazgo de la Cámara alta.

En la práctica, Monreal será el operador, pero ya no el único, ni el más confiable y menos, imprescindible. El zacatecano podrá figurar en la boleta presidencial para 2024, pero antes no y por Morena, tampoco. Tendrá la autonomía política que presume con buenas razones y su oficio le abre rutas alternas para sus aspiraciones, pero a partir del lunes no cabalga solo.

La irrupción de Adán Augusto López en el firmamento de las corcholatas presidenciables alivia la presión sobre la favorita. Claudia Sheinbaum respira mejor con un señuelo que dispersa ataques opositores, pero sobre todo, el fuego amigo que en Morena es denso e intenso.

A Marcelo Ebrard igual le viene como anillo al dedo. Disminuye su desgaste justo ahora que el “Quédate en México” resucitado por la Corte de Estados Unidos congestiona albergues en la frontera norte y demanda más Guardia Nacional contra migrantes centroamericanos.

Con una mano saludamos a afganos mientras con el cuerpo apachurramos a quienes huyen del hambre y la violencia del triángulo norte.

El relevo en Gobernación, la llegada de Olga Sánchez Cordero a presidir el Senado y la retractación de Ignacio Mier y Morena, PVEM y PT en la Cámara de Diputados sobre convertirse en mega bancada para tomar por la fuerza del truco, Mesa Directiva y Junta de Coordinación Política, apagó el incendio con el que amenazaban PAN, PRI y PRD de impedir la instalación de la LXV Legislatura; tanta noticia además de imponer pax legislativa, mató la nota de la reyerta AMLO-Anaya.

La proyección que la flema presidencial brindó al panista durante una semana termina. El proceso jurídico que la FGR administra contra el excandidato presidencial al ritmo que tocan en Palacio Nacional, ha entrado en tempo de Ministerio Público y burocracia de barandilla. La comparecencia postergada hasta el 4 de octubre frena la dispar confrontación.

En resumen, Andrés Manuel López Obrador creó el momentum Anaya, incidió en las corrientes panistas anti o pro Ricky riquín canallín y ahora, genera eventos mayores que matizan el protagonismo del elocuente y ambicioso político que, para figurar en 2018, abrió muchos frentes internos. Cuando la cresta de su ola pase, las aguas blanquiazules regresarán a cauces ajenos al queretano.

Llega su amigo y paisano Adán Augusto a tutelar gobernanza y ejercer control durante la sucesión, protege a su consentida, dispersa presión sobre su operador estrella alargando su expectativa, su ilusión.

Y recompensa dignamente los servicios de Doña Olga al borrar a cuatro senadoras de Morena afines a Ricardo Monreal que creían disputar el escaño principal de la Mesa Directiva; tanta tinta invertida para que, en un santiamén todas y todos le tendieran alfombra roja y aclamaran a su nueva presidenta. Todo, en un par de horas.

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