Hoy se cumplen 35 años del fallecimiento de uno de los grandes y más emblemáticos cineastas mexicanos de la historia: el chihuahuense Roberto Gavaldón. Brillante narrador, vigoroso, sensible, su filmografía es la más representativa de la época de oro del cine nacional, junto con las de Emilio “Indio” Fernández e Ismael Rodríguez. Pero a diferencia de muchos de sus colegas, evitó el manipulador chantaje sentimental que, sin olvidar sus firmes cualidades, caracterizó esa etapa.
A lo largo de cuatro décadas, nos dejó múltiples películas relevantes. Su cine es un ejemplo de dignidad. Incluso, cuando muchos veteranos directores no pudieron adaptarse a las condiciones del nuevo cine mexicano de los 70, tuvo la capacidad para realizar muy decorosas cintas, con una visión social diferente a la que había mostrado, como “El hombre de los hongos”, “Las cenizas del diputado” y “Cuando tejen las arañas”, en las que contó con sólidos guiones de distinguidos escritores: Emilio Carballido, Hugo Argüelles y Vicente Leñero, respectivamente.
Gavaldón siempre prefirió adaptar obras literarias (de Blasco Ibáñez a B. Traven, de Alexandre Dumas a Rodolfo Usigli), dotándolas de dominio narrativo. Fue ocho veces nominado al Ariel a Mejor Director (de los que ganó tres) y cuatro veces a Mejor Guion Adaptado (de los que se llevó uno), cuando este premio sí gozaba de validez y tenía impacto popular. Se retiró a tiempo en 1979 y siete años después falleció, a los 77 años.
Su legado es innegablemente valioso. Pocos (quizás sólo Luis Buñuel y el “Indio” Fernández) tienen un listado tan amplio de filmes nacionales destacados: “La barraca”, “En la palma de tu mano”, “La diosa arrodillada”, “Macario”, “La otra”, “Rosa Blanca”, “El rebozo de Soledad”, “Las tres perfectas casadas”, “Sombra verde”, “La escondida”), realizados en el corto lapso de 16 años, es decir, un filme importante cada año y medio. Nunca decepcionó. Para mí, es uno de los tres mejores directores mexicanos de siempre, aunque es muy difícil hacer un comparativo tratándose de circunstancias tan diferentes.
Cuando en este 2021 estamos conmemorando los 90 años del cine sonoro en nuestro país, su aniversario es también ocasión propicia para recordar a nuestros más grandes realizadores.
Cabe resaltar que fue un español el que nos dejó las grandes joyas de nuestra cinematografía: el aragonés Luis Buñuel (“Los olvidados”, “El ángel exterminador”, “Nazarín”, “́Él”) en tanto otros directores no nacidos en México también firmaron varias de nuestras más importantes cintas como el ruso Arcady Boytler (“La mujer del puerto”), el también español Luis Alcoriza (“Tlayucan”) y el chileno Miguel Littin (“Actas de Marusia”). En cambio, González Iñárritu, al que coloco en la cima, apenas acaba de filmar su segunda película enteramente mexicana (”Limbo”) pero sus logros en producciones estadunidenses son admirables.
Les comparto mi muy personal top 10 de cineastas mexicanos:
- Alejandro González Iñárritu
- Guillermo del Toro
- Roberto Gavaldón
- Alejandro Galindo
- Alfonso Cuarón
- Emilio “Indio” Fernández
- Jorge Fons
- Fernando de Fuentes
- Julio Bracho
- Alberto Isaac