¿En qué anda el PAN?

QUEBRADERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Con todo y que más de algún panista se deslindó de la reunión que un grupo de senadores del partido sostuvo con el presidente de Vox, partido de ultraderecha española, el blanquiazul quedó señalado y evidenciado.

El PAN es el segundo partido en importancia en el país. Si nos atenemos al pasado proceso electoral es la organización que, por lo menos en el papel, podría darle batalla a Morena, siempre y cuando sea a través de una alianza.

Lo que haga y deje de hacer va construyendo una imagen entre muchos ciudadanos que eventualmente podría sumarse a quienes militan o simpatizan con el blanquiazul. El PAN puede ser una alternativa de coyuntura en función de los escenarios que se puedan presentar.

Al partido le han afectado sus muchas confrontaciones internas, las cuales le han provocado sangrías de militantes, sin pasar por alto que algunos de ellos lo han hecho en medio del oportunismo muy propio de la política en el país.

Quizá Felipe Calderón, hoy expanista, haya tenido razón cuando dijo que no vaya a ser que ganemos la Presidencia, pero perdamos el partido. Lo que es un hecho es que el PAN se desdibujó como partido en los 12 años en que estuvo en Los Pinos.

Repitieron muchos de los vicios que tanto criticaron del PRI, particularmente en la relación entre el partido y el Presidente. Vale recordar lo que hizo otro expanista, hoy senador por Morena, Germán Martínez, quien cuando fue designado presidente del partido fue a Los Pinos a poner a disposición de su entonces amigo Felipe Calderón el partido.

Así como hay un priismo de décadas acendrado en el país, también existe un panismo que sin necesidad de militar en el partido se identifica con la ideología y principios de la organización. Buena parte de la oposición que se ha ido formando en contra de López Obrador se ha ido agrupando en torno al PAN, quedando muy claro que está muy lejos de Morena y del Presidente.

La reunión de los senadores panistas con Santiago Abascal, líder de Vox, coloca al partido, por más explicaciones que den, expuesto. El partido español representa la derecha más recalcitrante con fundamentos franquistas, que si nos atenemos a las formas bajo las cuales ha venido evolucionando no habría motivos para que el PAN se metiera en un laberinto para correr los riesgos y secuelas que provocó un encuentro de esta naturaleza, el cual además tuvieron el “tino” de hacerlo en el Senado.

Los panistas se metieron en un terreno de identidad con la ultraderecha española que los obliga a preguntarse, si entre otras muchas cosas ven la entrada inminente del comunismo al país. No pareciera que entendieran la historia y la evolución de los últimos años en el mundo y en México.

Se metieron en un maniqueísmo que ha provocado todo tipo de reacciones empezando por los señalamientos del Presidente, de Morena, de un buen número de panistas, a lo que hay que sumar las consecuencias que tendrá el encuentro, junto con la tibia respuesta de la dirección del partido, con sus aliados del PRI y PRD en “Va por México”.

Al interior del partido hay voces que han dado genuinas batallas buscando impulsar dentro del partido un proceso de modernización, lo cual incluye a mucha gente joven que quiere militar, pero que tiene otras ideas sobre el mundo, la vida, el país, la religión, la política y muchos otros temas que durante años han sido intocados en el PAN; se mueven bajo el algo tiene que cambiar para que todo siga igual.

Quizá en el fondo hay menos sensatez y análisis en el PAN. Quizá el PAN es más de derecha de lo que se cree. Quizá querían que la derecha de la derecha les enseñara espejitos.

RESQUICIOS

El costo de la política migratoria mexicana es cada vez más caro y lamentable. La “contención” lleva un buen tiempo siendo sinónimo de violencia, represión y violación de derechos humanos, ¿cuánto tiempo más va a durar la pesadilla?

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