La ropa sucia se puede lavar en casa

QUEBRADERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Los escenarios crispados pueden llevar a que los actores políticos empiecen a buscar soluciones internas en el exterior.

La oposición debe atender a la historia y tener cuidado y sensibilidad de lo que eventualmente puede provocar en instancias y tribunales del exterior a quienes les presenten demandas e inconformidades. Hacerlo puede derivar en desacreditar los mecanismos de justicia que tenemos, se acude al exterior porque no se confía en el interior.

Son situaciones de riesgo y en algún sentido también comprensibles en función de lo que hemos venido viviendo en estos años. El Gobierno está siendo cada vez más poderoso y a menudo no escucha ni atiende las demandas de la oposición.

La reunión de la alianza Va por México (PAN, PRI y PRD) en Washington con el secretario general de la OEA no fue necesariamente una buena decisión, sin dejar de reconocer las complejidades internas.

La confrontación entre la organización y el Gobierno mexicano es definitiva a grado tal que Marcelo Ebrard y Luis Almagro se la han pasado en discusiones que han llevado a un deterioro de la relación como en pocas ocasiones, la cual ahora sí que se mantiene con alfileres, al tiempo que la institución ha empezado a ver al país como hace tiempo no lo hacía.

Buscar en la OEA la solución a problemas electorales puede derivar en un riesgo, porque la decisión que tomó Va por México termina por evidenciar su no credibilidad en los aparatos de justicia locales.

La estrategia puede provocar también caer en la tentación que desde fuera se metan en asuntos nuestros. López Obrador no le es grato políticamente a diversas organizaciones internacionales lo que podría provocar que desde afuera les dé por lanzar críticas y ataques al amparo de una geopolítica cada vez más confrontada, particularmente en América Latina.

Como lo planteamos en su momento, una demanda como la que presentaron los partidos de oposición abre un espacio a que se cuestione al país, sobre todo porque la confrontación oposición-Presidente ha llevado a presiones y desacreditación del propio tabasqueño a los aparatos de justicia.

El dilema también existe porque a menudo no queda claro si las instancias que tenemos están dispuestas a enfrentar problemas de gran envergadura, como es el caso de la participación del narcotráfico en el proceso electoral.

La visita del presidente de Vox no abona. La razón es que se hacen alianzas con grupos de ultraderecha que han intentado establecerse en el mayor número de países posible. La historia de grandes conflictos, como es el caso la Segunda Guerra, evidencia las riesgosas y peligrosas alianzas de grupos de derecha que al final terminaron en violentas dictaduras.

Si bien vivimos en la aldea global, es muy importante establecer límites respecto a la relación de los países con el exterior. Existen inevitables y en muchos casos alentadoras interdependencias, pero la clave está en vivir bajo condiciones en donde nuestro país tenga los elementos suficientes para poder resolver sus problemas más delicados.

La tentación de acudir al exterior se puede convertir al final en un asunto de riesgo. Todos lo debemos entender y asumir por más que las condiciones internas nos parezcan tan adversas.

Si alguien debe poner focos rojos es el propio Gobierno, porque es quien debe fortalecer los aparatos de justicia y los tribunales diseñados ex profeso; no se gana nada señalándolos y poniéndolos en evidencia como lo han venido haciendo.

Para no caer en la tentación hay que fortalecer al máximo lo que tenemos que es bueno y mucho. Se vienen días mucho más azarosos, vayamos entendiendo que la ropa sucia se lava en casa porque además tenemos cómo lavarla.

RESQUICIOS.

En el PAN están tratando de resolver su lamentable entuerto con motivo del encuentro que un grupo de senadores del partido tuvo con el presidente de la ultraderechista Vox. No vaya a ser que les pase como en los albures: “ya estabas”.

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