Dedico este espacio semanal a tres acontecimientos recientes de relevancia política en tres países sudamericanos: la muerte del terrorista peruano Abimael Guzmán, la celebración de elecciones primarias en Argentina y la decisión de la oposición venezolana de participar en las elecciones de noviembre.
La muerte de “la cuarta espada”. Es curioso cómo el flamante gobierno de Pedro Castillo en Perú se metió en un innecesario berenjenal con el asunto de Sendero Luminoso, previamente a la muerte de Abimael Guzmán: primero, por el nombramiento de Guido Bellido, investigado por la justicia por sus presuntos nexos con la citada organización terrorista, como presidente del Consejo de Ministros; y luego, la semana pasada, por la “filtrada” e inexplicable visita de César Hugo Tito Rojas, fundador del Movadef (Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales, una suerte de “brazo político” del reducto senderista) a la mismísima sede del Palacio de Gobierno.
Con pocos datos se puede hacer una buena radiografía del personaje más sanguinario en la historia política de Perú, muerto este 11 de septiembre. Según datos de la Comisión de la Verdad, su organización guerrillera terrorista desapareció y asesinó a unas 70 mil personas entre 1980 y 2000. Malinterpretando los principios del gran socialista peruano José Carlos Mariátegui, Guzmán fundó este movimiento fanático y atávico presentándose como la “cuarta espada” del marxismo —después de Marx, Lenin y Mao— para construir el comunismo. Si hay un infierno, seguro este sujeto tendrá un lugar reservado.
Elecciones argentinas. Se celebraron el domingo las elecciones conocidas como PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) y los resultados dan una derrota catastrófica, sin atenuantes, para el oficialismo peronista, que en esta ocasión se presentó sin fisuras ni desprendimientos —esto es, en su versión kirchnerista unida y dominante—. Perdió en 17 de las 23 provincias, así como en la Capital Federal. Resultó que el electorado siempre sí le cobró caro a la dupla Fernández (Alberto, presidente + Cristina, vicepresidente) su retórica polarizante y sin resultados, su mala gestión de la pandemia y la ausencia de un programa económico viable para la recuperación del país, entre otras posibles razones que explican el resultado electoral.
Si se llegara a confirmar esta tendencia en las elecciones de octubre, el oficialismo sólo retendría las curules senatoriales de las provincias de Catamarca y Tucumán, y perdería las de Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Mendoza y Santa Fe, con lo cual dejaría de tener el control del Senado, además de perder terreno en la Cámara de Diputados. Los costos para el presidente, de mantener su alianza política con la expresidente, se han incrementado exponencialmente… pero parece ser una trampa sin escapatoria. A ver de qué echan mano para tratar de evitar que se confirme la debacle en octubre.
Sí habrá candidatos opositores en Venezuela. Finalmente, al cumplirse la fecha fatídica en el cronograma para que la oposición decidiera participar o no en las mega elecciones ejecutivas y legislativas locales y regionales de noviembre, terminaron por decantarse por la participación. Los acuerdos siguen pendiendo de alfileres y habrá que ver si se logran condiciones razonables para que haya elecciones libres y con piso parejo. Un día a la vez, pero es una buena noticia que el llamado G-4 siga apostando por la vía de la participación electoral.