Mañana domingo se llevará a cabo la entrega del premio Emmy de la academia estadunidense de televisión, el equivalente al Oscar de la TV, el cual abarca también las series en inglés de las diversas plataformas de streaming, lo que ha ampliado la variedad, la temática y la calidad de las producciones. La época dorada de la televisión anglosajona ha alcanzado una nueva dimensión, con decidida influencia a nivel regional.
Ahora más que nunca, las series han incorporado un sentido cinematográfico tanto en su narrativa como en su concepto estético. La línea divisoria entre cine y TV, todavía clara hace una década, se ha diluido. Importantes y reconocidos cineastas han volcado su creatividad y audacia en distintas series, como el inglés Stephen Daldry en “The Crown”, la danesa Susanne Bier en “The Undoing” o el estadunidense Barry Jenkins en “The Underground Railroad”. Asimismo, múltiples intérpretes de brillante trayectoria fílmica han participado en producciones televisivas (aunque lo más adecuado es denominarlas producciones de streaming). Es el caso de dos ganadoras del Oscar: la australiana Nicole Kidman en “Big Little Lies”, “The Undoing” y ahora “Nine Perfect Strangers”, de HBO, y quien está filmando para Amazon “The Expats” (retrato de un grupo de expatriados en Hong Kong), y Reese Witherspoon en la misma “Big Little Lies” (cuya segunda temporada contó con la presencia de la formidable Meryl Streep, la mejor actriz de la historia del cine), “Little Fires Everywhere” y “The Morning Show” (por cierto, su segunda temporada inició ayer y se extenderá, en un episodio cada semana, hasta el 19 de noviembre).
Los Emmys de este año seguramente premiarán, por fin, como mejor serie de drama a la brillante, inteligente, aguda en su visión social, política y sobre todo, humana, “The Crown”, en su cuarta temporada. Será el reconocimiento a una de las grandes series de siempre.
Creo que además, arrasará con los premios de actuación: mejor actor y actriz estelar para Josh O’Connor y Emma Corrin, por sus muy convincentes papeles como el príncipe Carlos y la princesa Diana, respectivamente, y mejor Actriz de Reparto para la estadunidense Gillian Anderson por su admirable personificación de Margaret Thatcher, recreando el acento y los gestos de la ya fallecida Primera Ministra, al mismo nivel que lo hizo Meryl Streep en el rol que merecidamente le dio hace nueve años el Oscar de Actriz Estelar.
Como mejor miniserie, debe ganar “Gambito de dama”, apasionante crónica de una ajedrecista prodigio, que es un hondo testimonio de relaciones humanas, con una deslumbrante Anya Taylor-Joy, de 25 años, convertida en la actriz de moda. Por su papel como Beth Harmon ya ganó el Globo de Oro, el Critics’Choice y el importante premio SAG del sindicato de actores como mejor actriz, pero puede perder el Emmy frente a otra excepcional intérprete de sólida trayectoria cinematográfica (también ganadora del Oscar): Kate Winslet por “Mare of Easttown’. Será la carrera más pareja de la noche.