¿Septiembre, mes de los sismos?

JUSTA MEDIANÍA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Cinco placas tectónicas interactúan en el territorio mexicano y hacen de México un territorio con alta sismicidad: norteamericana, Caribe, Cocos, Rivera y Pacífico. Si preguntamos a cierto grupo de mexicanos cuál es el mes que más asocian con los sismos, seguramente la respuesta será septiembre. Septiembre de 1985 fue un mes que nos dejó una cicatriz imborrable en la mente y en el corazón, para todos aquellos que vivimos directa o indirectamente los efectos de un sismo magnitud 8.1 que dejó incompletas a muchas familias.

Para algunos mexicanos que nacieron después del sismo de 1985, existió una especie de relajamiento en torno al riesgo que representa la sismicidad en nuestro país, hasta que, desafortunadamente y en el marco de una enorme coincidencia, en el mes de septiembre pero del año 2017, dos sismos sacudieron fuertemente distintas entidades de nuestro país.

Así, septiembre se posicionó en nuestras mentes como un mes con mayor número de sismos; sin embargo, los especialistas descartan cualquier relación entre la sismicidad y los meses del calendario.

En lo que va del presente año, en México se han registrado 19 mil 374 sismos, de los cuales, el de mayor magnitud fue de 7.1 el pasado 8 de septiembre, con epicentro al suroeste de Acapulco, en Guerrero.

El Servicio Sismológico Nacional, extraordinaria institución mexicana, ha registrado a lo largo de 121 años, 86 sismos de magnitud 7 o mayor. De estos últimos, el mes con mayor eventos es diciembre, seguido de septiembre y junio. Si bien en septiembre se han registrado varios de éstos eventos, no es el mes con mayor número de ellos.

Es importante recalcar que no es posible pronosticar ni predecir los sismos; nadie nos puede decir cuándo va a temblar ni dónde, de lo que podemos estar absolutamente seguros es que volverá a temblar en cualquier momento; ante esto y ante la gran sismicidad que se registra en nuestro país, es importante fortalecer las medidas de actuación antes, durante y después de ellos, además de las medidas de prevención que podemos ejecutar.

Desde este momento, hasta que tiemble, debemos empeñarnos en identificar los espacios en los que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, y en ellos, identificar los puntos de riesgo y las rutas de evacuación; preparar nuestra mochila de emergencia, tener algunos acuerdos con nuestros familiares a ejecutar en caso de quedarnos incomunicados; y, realizar simulacros de manera seria con cierta periodicidad. Durante el sismo debemos conservar la calma, ubicarnos en una zona de seguridad y ejecutar todas aquellas acciones que hemos planeado y practicado con anterioridad. Después del sismo debemos revisar nuestros inmuebles cuidadosamente antes de volver a ellos, no encender cerillos ni encendedores para evitar accidentes derivados de alguna fuga de gas, estar atentos a posibles réplicas y no propagar noticias falsas.

Septiembre sin ser el mes de los sismos debe ser el mes de la Protección Civil, específicamente de la prevención, fungiendo como un mes que nos recuerde nuestra vulnerabilidad y que debemos obligatoriamente reforzar acciones para estar mejor preparados.

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