Uno de los puntos icónicos del puerto de Acapulco ha sido desde los años setenta, la discoteca Baby’O, que era una parada obligada para quienes les gustaba la vida nocturna de uno de los destinos turísticos más famosos del país.
Así le prendieron fuego
El Baby’O era internacionalmente conocida, ahí se reunían políticos, artistas y deportistas de todo el mundo, así como la élite de la sociedad mexicana.
Pasaron los años y seguía conservando su fama que pasó de generación en generación.
El incendio en esta famosa discoteca, ocurrido el miércoles 29 de septiembre, en un principio se habló de un corto circuito, pero las imágenes han circulado y muestran lo que realmente sucedió.
En uno de los videos difundidos se observa a tres hombres en su interior poco antes de las 9 de la noche, bajan a la pista y empiezan a rociar gasolina. No se definen sus rostros más que aquel que enciende el fuego, y salen corriendo del lugar. De ahí se ve cómo el fuego inunda primero la parte de pista y la cueva, que era la mesa más cotizada del lugar, y luego se esparce a toda la discoteca.
No solamente se acaba uno de los centros de nocturnos más famosos de Acapulco, sino que casi ochenta familias vivían de lo que se generaba en el Baby’O, hoy están sin trabajo.
Pero esto no es un hecho aislado de violencia en Guerrero y en otros puntos del país. El incendio se da justo el día que asumen las nuevas autoridades municipales.
Primero se manejó la hipótesis del corto circuito, la propia alcaldesa entrante de Acapulco, Abelina López Rodríguez, lo confirmaba así, que era un accidente.
Los videos mostraron la realidad, el Baby’O fue incendiado.
El sábado a mediodía, se reunió Rafael Villafañe, uno de los dueños del Baby’O, con la alcaldesa.
López Rodríguez aseguró que el incendio fue un hecho aislado: “no se ve como un tema de delincuencia, no hay extorsión”; y descartó que se trate de un mensaje para su gobierno, pues, explicó, esa noche aún no asumía el cargo.
La realidad es que la forma en que se incendió la discoteca es una forma común de operar del crimen organizado. No necesariamente piden dinero, lo que estos grupos delincuenciales quieren es demostrar es que son capaces de lo que se sea y que los equilibrios dentro de estos mismos grupos criminales han cambiado.
Uno de los dueños de la discoteca, Villafañe, reconoció que el futuro del Baby’O es incierto. Quiere que la discoteca vuelva a operar como lo ha hecho desde su inauguración en 1976, pero a “ciencia cierta” no sabe cuándo sucederá, porque se trató de perdida total.
Este tipo de ataques no sólo afecta a los dueños del Baby’O, también afecta la imagen turística del puerto, por lo que La Cámara Nacional del Comercio y Servicios Turísticos (Canaco-Sertur) y la Federación Estatal de Cámaras de Comercio de Guerrero (Fecanaco) exigieron a la fiscalía general de la República que atraiga la investigación.
Los empresarios también creen que se trató de un mensaje a la administración entrante de Abelina López Rodríguez. Dicen que el ataque ocurrió casi en la misma hora en la que se realizaba la entrega de gobierno. Además, niegan que se trate de un auto atentado, porque el seguro contratado no contempla este tipo de daños.
Lo de Acapulco no fue un asunto aislado, un día después del incendio provocado en el Baby’O, fueron hallados los cadáveres de cuatro presuntos integrantes del grupo criminal “La Bandera”, célula de “Guerreros Unidos”.
Las víctimas de entre 30 y 40 años tenían huellas de tortura, impactos de bala en la cabeza y en el cuerpo y se encontraban atados de pies y manos.
Fueron abandonados dentro de un vehículo, frente a la casa de campaña del priista David Gama Pérez, quien tomó protesta como alcalde de Iguala el jueves 30 de septiembre para el periodo 2021-2024.
Los reacomodos políticos van de la mano con los reacomodos de grupos criminales. En Guerrero, el 14 de octubre, Héctor Astudillo pasará la estafeta a Evelyn Salgado, hija de Félix Salgado Macedonio, exalcalde de Acapulco.
Esta situación de violencia no es exclusiva de Guerrero. Hace 15 días tomó protesta como gobernador de Zacatecas, David Monreal, pero meses antes los enfrentamientos entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa obligaron a habitantes de muchos municipios a dejar sus viviendas por la violencia.
Este estado tiene una de las tasas más altas de asesinatos a nivel nacional, además que concentra el mayor número de personas desaparecidas, de acuerdo con datos del Gobierno federal. Tan sólo en 2016 se reportaron 286 homicidios dolosos, para 2020 la cifra ascendió a mil 65 homicidios.
Una situación similar se vive en Tierra Caliente, Michoacán, donde habitantes de Aguililla, sufren por los enfrentamientos del Cártel Jalisco y Guerreros Unidos. Incluso se instaló una base militar, a la que presuntos miembros del crimen organizado le destruyeron el helipuerto.
No podemos dejar de mencionar al estado de Tamaulipas, donde una masacre en el municipio de Reynosa dejó a 15 civiles muertos en junio pasado. Pero recientemente el congreso local causó polémica, por presentar una iniciativa para que los servidores públicos en funciones o retirados, cuente con la protección de escoltas.
Mientras que en Chiapas la violencia incrementa de la mano de la llegada de miles de migrantes. La disputa es entre los cárteles de Sinaloa uy, Jalisco, así como una facción del cártel del Golfo, que buscan quedarse con la ruta del tráfico de armas, droga y personas.
A esta situación se suma la conformación de nuevas presuntas autodefensas, que son vinculadas a grupos criminales, y que provocan el desplazamiento forzado como en los municipios de Chenalhó, Pantheló, Ocosingo y Venustiano Carranza.
Hay que poner especial atención a estos estallidos de violencia, los grupos criminales están buscando territorios y viendo hasta dónde pueden avanzar.