Las pasadas elecciones le abrieron a Morena, en particular al Presidente, un espacio y capacidad de maniobra que le van permitiendo un mayor control en innumerables sentidos.
Está visto que al tabasqueño no le gusta que le digan que no y menos todavía que las y los gobernadores tomen decisiones sin que lo tomen en cuenta y sobre todo cuando le pidan incrementar presupuestos; hace poco le dijo a un presidente municipal “de qué quieres tu nieve”.
La evaluación que ya se va haciendo de Silvano Aureoles en Michoacán, la cual se anticipa adversa, está claro que para el Presidente lo que estuviera pasando en el estado pasaba a segundo plano mientras estuviera en el poder el personaje que se sentó horas en una sillita en la puerta de Palacio Nacional con un voluminoso expediente que contenía “pruebas” de cómo la delincuencia organizada había “participado” en las elecciones en Michoacán.
Con otros mandatarios las cosas fueron distintas. Destaca Sinaloa en donde cada vez aparecen más pruebas de cómo los “malos” sometieron a priistas el día de las elecciones, lo que “ayudó” a los candidatos de Morena y en una de ésas hasta al gobernador, por cierto, de origen priista. Quirino Ordaz, presumimos, no casualmente será el embajador de nuestro país en España.
Miembros del Servicio Exterior han lanzado críticas al Presidente por medidas como ésta, poco importó el trabajo de la exembajadora en Madrid quien llevaba solamente 14 meses en el cargo y a la cual metieron en más de un problema, recordemos el caso de Jorge F. Hernández.
Todo indica que se vienen nombramientos de exgobernadores como embajadores en tropel. No se sabe si se les premia por algo que no conocemos, o por tratar de sacudir de manera cuestionable las embajadas de México en el mundo.
Lo que sí es importante destacar es que después del proceso electoral al Presidente como fuera, con excepción de la capital, de alguna u otra forma se le armaron escenarios que le permiten capacidad de maniobra. Morena tiene casi todo el Pacífico, Oaxaca es ya una especie de PRIMor, no paran los rumores de que el gobernador tarde que temprano formará parte del gabinete.
Sus políticas públicas deberán tener ahora un apoyo en la mayoría de los estados, porque entre que son de su partido, y cuidado con aquel o aquella que no se sume al proyecto presidencial.
Lo que va a empezar a estar a prueba serán sin duda las políticas estatales, habrá que ver cuánto le dura el bono democrático a los mandatarios electos, pero, sobre todo, lo que se verá es el peso, valor y efectividad que puedan tener los planes del gobierno porque en la mayoría de los estados ya no habrá motivos, por decirlo de alguna manera, para no poner en marcha los planes de Presidente; ahora sí que se puede aplicar aquello de que “van porque van”.
El Presidente está teniendo el mejor de los escenarios posibles. Su problema real ahora es que lo que ha pregonado respecto de sus programas tengan efectividad y que lleguen a quien deben llegar. El asunto no es cualquier cosa, porque independientemente de lo que pase en cada estado las políticas federales tendrán que mostrar efectividad y cobertura.
Es paradójico, pero quien va a estar a prueba con los nuevos escenarios políticos es el mismísimo Presidente. Tiene la mesa puesta, la cuestión es si las políticas públicas son todo lo que nos dice que son.
El tabasqueño sigue teniendo el control que tanto le gusta tener, pero muchas cosas se están yendo de las manos porque algunos de sus programas y obras están siendo cuestionados o parecen ser sólo para enfrentar el aquí y ahora.
RESQUICIOS
Interesantes declaraciones las de ayer en la clausura de la muy importante feria del libro Zócalo de la extitular de la Función Pública. Habló de la autocrítica y señaló que “es vergonzoso” que no tengamos vacuna propia, sus opiniones podrían deberse, digo, a que ya no forma parte del gobierno, digo.