La COP es el acrónimo de Conference of the Parties, o conferencia de las partes; se refiere a los países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1994. Los delegados de cada una de las naciones se reúnen anualmente para dialogar y entablar negociaciones frente al cambio climático y el deterioro ambiental.
El reto no es menor. El cambio climático es una realidad y solamente trabajando en equipo y de manera decidida, el futuro será mejor. Para muchos esta COP26 representa la última llamada para realmente corregir el rumbo evitando así escenarios catastróficos irreversibles.
Entre los objetivos de la Conferencia se encuentran: 1. Lograr para el 2050 cero emisiones netas de carbono global; todas nuestras acciones generan emisiones contaminantes, mismas que se pueden ver disminuidas si pensamos y planeamos de mejor forma nuestros hábitos, llegando incluso a compensarlas mediante el fomento de acciones que las remuevan, tales como la reforestación de nuestros bosques. 2. Adaptarse para proteger comunidades y los ecosistemas. 3. Dinamizar el financiamiento para lograr cumplir objetivos y metas. 4. Trabajar unidos y coordinados.
Este tipo de reuniones funcionan, siempre y cuando, los compromisos adquiridos se vean materializados en programas, políticas y acciones locales. Antes del Acuerdo de París en 2015 (tratado internacional sobre cambio climático), la tendencia de las emisiones globales de efecto invernadero se proyectaba con incrementos muy importantes; con las políticas actuales, aunque el crecimiento es menor, el rumbo es el mismo. Los objetivos y compromisos adquiridos sí representan un mucho mejor futuro para nuestras comunidades; sin embargo, estamos lejos de su cumplimiento.
El canciller Marcelo Ebrard, quien representa al gobierno mexicano en la cumbre, ha manifestado que exigirá mayor financiamiento para que los países en desarrollo logren cumplir con sus metas para frenar el calentamiento global. Además, México se ha comprometido a impulsar la producción de energía a través de fuentes renovables, misma que se ha visto empañadoapor una no siempre clara, cierta y bienintencionada polémica en torno a la reforma energética en proceso; el sector energético es clave en esta agenda, derivado de que en nuestro país es el sector que mayores emisiones genera.
El territorio mexicano y sus comunidades somos altamente vulnerables ante el cambio climático y en esa misma medida debemos estar trabajando para evitarlo; los diferentes fenómenos meteorológicos que nos afectan son un recordatorio constante y doloroso.
Última llamada para evitar que litorales de distintos puntos del globo se vean sumergidos bajo el agua; el deterioro de nuestros ecosistemas como lo son bosques y arrecifes de coral; lluvias intensas e inundaciones de gran magnitud; incendios, olas de calor y sequías prolongadas; todo ello afectando al territorio y a las comunidades más débiles que cada vez enfrentan mayor dificultad para hacerse de lo indispensable para vivir, fomentando entonces la migración y el estallido de conflictos sociales de gran magnitud. Última llamada.
