El otro día vi el rostro de Salma Hayek en el aeropuerto John F. Kennedy, de Nueva York. Aparece gigante, vestida de superhéroe, mirando al horizonte. Es un cartel promocional de la película Eternals. Y después me topé con una entrevista en la que la actriz hace promoción de la cinta. Todo iba normal, como cualquier otra entrevista, hasta que Hayek derramó unas lágrimas al aire:
“Vi mi cara morena en el traje de heroína, y al ver mi cara vi tu cara, vi mi cara de niña, que tuvo tanto valor para soñar en grande”, explica la actriz. “Vi la cara de todas las niñas. Me di cuenta de que se había abierto una puerta donde yo no estaba sola, sino que en ese traje íbamos todos los latinos juntos, que hemos esperado este momento”.
Todo esto fue sólo un recordatorio de las conquistas que los inmigrantes latinos han tenido en Estados Unidos, pero también del largo camino que falta por recorrer. Es un hecho que en Hollywood hay cada vez más representantes hispanos, aunque esa participación aún no es del todo incluyente.
El historiador Federecio Navarrete explica en el periódico El País: “Se trata de una superheroína latina, que representa a la latinidad en general, pero es el tipo de persona morena en general, ya que las personas morenas de origen indígena son mucho menos representadas y al contrario, son invisibilizados”.
Todo este relato es importante cuando se pone frente a los crímenes de odio que van en aumento en el país. Los latinos son, justamente, el grupo que más ataques recibe. Reportes del FBI muestran que en el último año los inmigrantes de origen hispano han sido víctimas de más agresiones físicas y verbales que ningún otro grupo étnico.
Más del 60% de los ataques de odio en Estados Unidos son motivados por temas raciales, después viene la orientación sexual y luego la religión.
Sólo en California, en el último año hubo un incremento del 30% en los crímenes de odio, y muchos de estos ataques no se reportan porque las víctimas son inmigrantes que no tienen documentos y temen que los deporten si denuncian la agresión.
Paco Cuevas, mi compañero corresponsal de Noticias Telemundo en Los Ángeles, entrevistó esta semana a Milton Lobos, un joven que le contó cómo otro hombre lo atacó por ser gay y por ser latino. Le perforó una mejilla y eso lo llevó al hospital: 8 puntadas por dentro y por fuera.
Ahí en Los Ángeles se contaron 635 incidentes como éste en 2020, 20% más que el año anterior. Ahí, los vendedores ambulantes y los jornaleros que esperan en la calle una oportunidad de trabajo son víctimas frecuentes de los atacantes. Y abundan los videos de cámaras de seguridad que muestran estas agresiones.
Por eso, cuando vi la foto de Salma Hayek en el aeropuerto, me dio gusto. Poco a poco, ojalá más pronto que tarde, esas imágenes de latinos exitosos contrarrestarán las imágenes del odio.