Mientras los cercanos a AMLO hacen de todo por figurar y ganar futuras encuestas, una de las antípodas más visible y potencial oposición a la Cuarta Transformación, Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, debe apurar una decisión vital.
A Lorenzo Córdova lo destapa la Cuarta Transformación para apurar esa definición que saben latente y peligrosa.
A dos años de iniciar el proceso electoral que determinará sucesora o sucesor de Andrés Manuel López Obrador, no hay por fuera de la órbita de afines, alguien que luzca con posibilidad de proyectarse y convertirse en una alternativa real ante el electorado.
Lorenzo Córdova afirma no tener mayor pretensión que concluir su periodo al frente del INE en abril de 2023, volver a su cubículo de la UNAM y retomar su vida académica en el Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Buscar o aceptar una candidatura opositora de unidad es un escenario complejo; proyecto de vida que no cualquiera asume, pero a veces la historia, caprichosa, obliga.
Ciudadano con poder y tribuna, árbitro electoral fustigado por el gobierno, hombre con visión de futuro, con la universalidad de pensamiento propia del estudioso, respetuoso de leyes e instituciones, hombre político sin partido capaz de resistir embates mayúsculos.
La coalición PAN, PRI, PRD no tiene, por donde le mire, un personaje, mujer u hombre con trayectoria y prospectiva que preocupe a la Cuarta Transformación. MC de Dante Delgado alienta encuestas que heredan popularidad al joven alcalde de Monterrey Luis Colosio, a 27 años del magnicidio de su padre, los naranjas amagan con una en teoría —suya— que Colosio puede competir si es candidato presidencial. Pocos se lo creen. Y se acabó.
Los núcleos de la derecha neoliberal, empresarial, promotora de activismo político y civil —Claudio X. González, Gustavo de Hoyos—, alientan a dos o tres perfiles, Enrique de la Madrid Cordero, uno de los más articulados, sin que uno solo pueda realmente crecer lo necesario de aquí a dos años y medio y convertirse en un potencial fenómeno electoral disruptivo.
Quien la encuesta de Morena diga que será candidata o candidato sucederá a AMLO caminando. Quienes tras cavilaciones opositoras se postulen, serán candidaturas testimoniales, irán por distritos específicos e intereses parciales.
La única oportunidad es lanzar un proyecto de unidad sin identidad partidista ya, en enero de 2022. Debe darse un anuncio que desequilibre el legítimo poder que sabe que, así como vamos, va en caballo de hacienda.
El perfil de Lorenzo Córdova llena el retrato hablado que buscan millones que disienten o de plano se oponen a la Cuarta Transformación. Su capacidad para dialogar lo potencia como proyecto electoral. Para eso, Córdova debe salir del INE para recorrer el país, vivir a ras de piso los múltiples sistemas sociales y económicos que conforman al gran elector.
Hay quienes aseguran que sólo una mujer puede competir a quien Morena postule, no sería en ese supuesto Margarita Zavala, demasiado panista pero quizá competitiva para Jefa de Gobierno en Ciudad de México; Xóchitl Gálvez tiene personalidad y experiencia, probablemente demasiada.
Hay una generación de mexicanos capaces de proponer y hacer, sensibles y empáticos con la diversidad nacional, pero ninguna candidatura se hace de la noche a la mañana, los posibles ya van tarde, los desconocidos están a años luz de estructurar una propuesta competitiva.
No serán pues, Ricardo Anaya, Mauricio Vila, Francisco Domínguez, Alejandro Moreno, Rubén Moreira, Alfredo Del Mazo, Miguel Ángel Mancera, Enrique Alfaro o Samuel García quienes aglutinen la esperanza de aquellos que discrepan sin odiar, de los que odian sin discernir, de los arrepentidos o desilusionados por una forma que a veces distrae del fondo.
La popularidad y posicionamiento del Presidente López Obrador acotan los márgenes de incertidumbre democrática para 2024, el poder y su oficio pavimentan la permanencia de su proyecto y la continuidad de su épica.
La dispersión y debilidad de una oposición ineficiente que busca y depende de coyunturas adversas para la nación para fincar su improbable viabilidad e incapaz de borrar su desprestigio popular, amplían los márgenes de operación del mandatario; ante la adversidad temporal su gobierno fortalece una retórica incansable. Y efectiva.
¿Quién contra Morena en 2024? Quien quiera que sea que encabece un polo opositor en México para suceder a AMLO debe aparecer ya.