¿Qué pasa en el Insabi?

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha destacado la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) antes de la llegada del coronavirus, y presume que este modelo garantizará la atención médica y medicamentos gratuitos, en sustitución del llamado Seguro Popular del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Perooooo… en plena pandemia de Covid-19, el Insabi no recibió la instalación de equipo médico y de laboratorio por 179 millones de pesos, conforme lo contrató con el proveedor, lo que puso en riesgo la vida y la salud de los pacientes.

De acuerdo con documentos del Órgano Interno de Control de la institución —cuya copia tengo en mis manos—, por la emergencia sanitaria se omitió la licitación y se recurrió a la adjudicación directa, por lo que el Instituto adquirió con la empresa Tecnologías EOS Medical, S.A. de C.V. dos unidades de imagen por resonancia magnética de 1.5 teslas, y una unidad de tomografía computarizada multicorte de 64 cortes de acuerdo al contrato AA-E106-EML-INABI-03-2020.

Sin embargo, el proveedor incumplió en la entrega-recepción e instalación del equipo médico y de laboratorio. De hecho, no hay documentos que acrediten la entrega de los mismos, ni el acta de instalación, arranque y puesta en marcha, y capacitación y remisión en la entrega de bienes, además la orden de suministros Covid-19, carece de sello y la leyenda “recibido” de satisfacción.

Estos equipos fueron solicitados por los gobiernos estatales de Tabasco, Baja California y Baja California Sur para hacer frente a la pandemia de Covid-19.

Con la unidad de imagen por resonancia magnética de 1.5 teslas —que tiene un precio de 73 millones de pesos— se puede obtener información visual y detallada de los órganos, huesos, tejidos y otras estructuras del cuerpo, localizar lesiones de pocos milímetros y reducir el tiempo de espera de varios estudios; y el tomógrafo multicorte —de 33 millones de pesos— permite también mayor rapidez en los estudios y mejor resolución, dando mayor seguridad y precisión en los diagnósticos.

De todas estas irregularidades tiene conocimiento, desde mayo de 2021, el coordinador Nacional de Abastecimiento y Distribución de Medicamentos e Insumos, Alejandro Antonio Calderón Alipi, quien fue comisionado por el Presidente López Obrador para suministrar equipo, insumos y medicamentos al Insabi.

Por la falta de estos equipos médicos, no se otorgó debidamente la atención a los pacientes enfermos de Covid-19, durante el inicio de la segunda ola de la pandemia en diciembre de 2020.

Y no fue lo único. Otros proveedores le entregaron al Insabi, equipos médicos sin manuales de uso y sin instructivos en idioma español, como lo solicitó desde un principio el propio Instituto en los contratos y los anexos técnicos.

Estos manuales son indispensables para conocer el uso, cuidado, mantenimiento y en su caso, el traslado o reubicación del equipo médico, para conocer sus características, condiciones y funcionamiento para su instalación, así como para garantizar su buen uso, lo que pone en riesgo la inversión que hace el Gobierno federal para la adquisición y compra de los equipos.

Esto revela y exhibe que la estrategia sigue siendo fallida, y que en este país —cuando de salud se trata— lo mejor es resignarse “a lo que hay” o sentarse a esperar.

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