Por Juan Pablo Murrieta Rodríguez
Hablamos de uno de los sectores más afectados a nivel mundial desde los inicios de la pandemia. De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo, el 2020 fue considerado el peor año en la historia del sector, estiman que los viajes internacionales cayeron 74% respecto al 2019. Este año cierra con signos de recuperación, aunque mayormente enfocada en el turismo nacional.
La recuperación sostenida del sector dependerá de la infraestructura con la que se cuente y de la capacidad para adaptarse a los cambios que la situación y los viajeros demandan.
En el caso de México, la Secretaría de Turismo estima que la caída en el turismo nacional e internacional fue del 44% durante el 2020. La razón principal por la que no se tuvo una caída más pronunciada fue el hecho de que México es uno de los países con menos restricciones para viajeros internacionales, incluso en los meses más agudos de la pandemia. Debido a esto, se recibieron alrededor de 25 millones de visitantes en el 2020, colocándonos como el tercer país más visitado por turistas internacionales durante ese año.
El turismo en México tiene un potencial enorme y es crítico no sólo facilitar la recuperación, sino también acelerar su crecimiento y posicionarla desde una perspectiva de desarrollo sustentable que abarque todos los aspectos. En este sentido, habrá que trabajar en distintos frentes:
Estrategia
• Analizar el entorno para anticipar nuevas amenazas y los cambios generados por la pandemia.
• Buscar oportunidades a través de nuevos modelos de negocio.
• Definir estrategias enfocadas en mitigar el impacto de los cambios del sector y el entorno en el negocio.
Operación
• Reestructurar y redistribuir responsabilidades según las nuevas normas y lineamientos.
• Contar con un control más estricto sobre el personal.
• Mantener una comunicación corporativa abierta, bidireccional y efectiva.
Organización
• Modificar la cadena de valor y los procesos para acatar las nuevas regulaciones y la demanda actual.
• Garantizar que, a pesar de los cambios, el desempeño operativo corresponda con los parámetros deseados.
• Utilizar indicadores de desempeño adaptados a la situación actual del negocio.
Cultura
• Identificar las nuevas necesidades y deseos de los clientes.
• Brindar seguridad y protección para mitigar los riesgos para los empleados y los clientes.
• Generar una cultura orientada a la flexibilidad y adaptabilidad que sepa capitalizar todo tipo de situación.
Si estos elementos se mantienen alineados y se dan a la par del desarrollo de líderes y colaboradores, la recuperación del sector será más rápida, efectiva y sostenible. Sólo a través de una transformación profunda se logrará una recuperación completa en menor tiempo.