“No han dejado de salir los tráileres”

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Javier Solórzano Zinser *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Entre los migrantes no queda claro una vez más qué les viene. Existe la impresión de que el accidente no ha sido debidamente atendido, investigado y, sobre todo, no ven indicios de que realmente se esté buscando la manera de que no vuelva a pasar.

Hablando con algunos de ellos nos dicen que tienen información fundada de que siguen saliendo tráileres llenos de migrantes, los cuales cruzan la frontera, evaden retenes o los pasan bajo hechos de corrupción, para circular por las carreteras del país, “cómo si no hubiera pasado nada”.

El dilema sigue siendo el mismo, si no se apura el proceso de entrega de credenciales los migrantes terminan por buscar la manera de salir de la zona a como dé lugar. En el caso del doloroso accidente, en el que han perdido la vida 56 migrantes, hay elementos para presumir que fue tan largo el proceso de entrega de credenciales que tomaron la peor de las decisiones en medio de la desesperación.

El INM está rebasado, a lo que se suma una burocracia interna y vicios de décadas en donde se combina un coctel brutal: delincuencia organizada, polleros, corrupción, trata de personas, maras salvatruchas, narcotráfico y súmele.

Estamos en medio de un sinfín de contradicciones. Son diferentes las razones por las cuales fueron llegando los migrantes. En tiempos de campaña el propio candidato de Morena invitó a que vinieran a México ya que se iban a crear condiciones laborales para ello.

Fue una invitación generosa y no estaba para desatenderse, pero también fue una invitación sin el suficiente sustento para instrumentarla. Lo que a los migrantes les llama la atención, sobre todo a las y los centroamericanos, es el hecho de que en la medida en que fue avanzando el gobierno de López Obrador la propuesta se fue diluyendo, no sólo eso, el tema fue desapareciendo de la agenda.

En una larga y aleccionadora conversación con Luis García Villagrán, del Centro de Dignidad Humana, A.C., se dice sorprendido porque los migrantes no han sido un tema eje en la mañanera, siendo que el Presidente durante años en sus diferentes campañas políticas lo ponía una y otra vez en la mesa.

“El Presidente no escucha”, nos dice García Villagrán. “Se la pasa reconociendo a los migrantes llamándolos héroes, lo que incluye por supuesto sus remesas, pero el tema no forma parte de su agenda diaria”.

“No han dejado de salir los tráileres, la tragedia ronda la vida de los migrantes, porque mientras el gobierno no resuelva el problema, en la medida de sus posibilidades y se la pase señalando a EU, las cosas no van a cambiar… El Presidente y su gobierno tienen una responsabilidad con la migración… se lo hemos dicho por todos los medios, pero no parece que haya hecho un auténtico acuse de recibo de la tragedia… se han dedicado a reunirse con gobiernos centroamericanos pasando por alto que el problema de derechos humanos pasa directamente por todo nuestro país”, apunta García Villagrán.

En estos días viene con rumbo a México una nueva caravana, procedente de Nicaragua. Se van a enfrentar los mismos problemas a lo que hay que sumar la situación política del país en la que Daniel Ortega ha “jugado” a eternizarse autoritariamente, como nos decía hace unos días el brillante escritor nicaragüense Sergio Ramírez.

Al gobierno mexicano no le va a quedar de otra que buscar la manera de que el mayor número de migrantes pueda encontrar condiciones laborales en el país. Se tiene que asumir la responsabilidad, porque no solamente estamos hablando de migrantes centroamericanos estamos hablando también de que ha crecido de manera significativa la migración mexicana, la cual hoy es por mucho la más numerosa; de mientras, “no han dejado de salir los tráileres”.

RESQUICIOS

En EU han optado por ir por los hijos del Chapo Guzmán donde se presume que no falla, el dinero. Quizá queden en el camino los balazos, lo que está claro es que por allá no se dan abrazos.

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