CDMX y sus desaparecidos

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Las familias de las personas desaparecidas o no localizadas en la Ciudad de México tendrán que esperar para que se comience a buscar a sus seres queridos, porque la Comisión Local de Búsqueda de Personas cumplió a medias con la contratación, capacitación y adquisición de bienes y equipamiento para iniciar los trabajos.

De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, sólo en la Ciudad de México hay 3 mil 524 personas desaparecidas al 19 de diciembre de 2021. En las últimas dos semanas se registraron en la CDMX 26 desapariciones, más de una por día en la entidad con el mayor número de policías locales y de cámaras de videovigilancia.

La Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México lanzó una ambiciosa licitación con 13 partidas para la contratación de cursos, capacitación, adquisición de bienes y equipamiento, pero sólo contrató cuatro partidas.

Por ejemplo, contrató un curso de certificación para obtener la Autorización Federal de Piloto de Drones en México, pero no compró los drones para documentar las acciones y los trabajos de búsqueda ni tampoco la licencia para su uso.

Y contrató otros tres cursos: Herramientas digitales para la búsqueda de personas -para identificar información útil, posibilidades de riesgo y amenazas en redes sociales-, Protocolo homologado para la búsqueda de personas desaparecidas y no localizadas y Procesamiento de información criminal para la elaboración de planes de búsqueda de personas desaparecidas, análisis criminal, planeación, análisis de riesgo y búsqueda. Estos cuatro cursos los contrató con Vanume, S. de R.L. de C.V., por la cantidad de 595 mil pesos.

Quedaron desiertos el curso de Competencia para atención a Víctimas y el Taller de Supervisión Psicosocial y Autocuidado para el Personal de la CBPCDMX; es decir, la primera atención a las familias de las víctimas y los protocolos de seguridad de los buscadores.

La autoridad capitalina no pudo conseguir con un proveedor mochilas de senderismo, lámparas, banderines, cascos de seguridad, cuerda de seguridad de rapel, arneses, bastones, silbatos, brocha antiestática, reglas de precisión, guardas con hilos, cuchillo o navaja mil usos, binoculares, lentes de seguridad, conos para señalamiento vial, entre muchas otras herramientas.

Tampoco los proveedores pudieron conseguirle equipo tecnológico como dispositivos para fijar día, cámaras, tipo GoPro, cargador de baterías para equipo de cómputo portátil, discos duros, drones de conducción rápida, teléfonos celulares, tabletas electrónicas, grabadoras de audio digital, rayos X portátil, GPS y pizarrones interactivos.

La realidad es que la comisión va de retraso en retraso, se creó en mayo de 2019 y apenas inició movimientos en este diciembre, y sin tener aún fecha clara para la llegada de bienes y equipamiento. Mientras la gente sigue desapareciendo, los encargados de ayudar a las familias a encontrar a sus seres queridos ni siquiera tienen la capacidad operativa para dar solución y respuesta a estos miles de casos.

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