Los contagios por la variante Ómicron del coronavirus registrados en los últimos días de 2021, que se aceleraron en los primeros de este primer mes de 2022 y que amenazan continuar en semanas venideras, obligaron a que el regreso presencial a clases a partir de ayer, se pospusiera en casi la mitad de entidades federativas, no así en la Ciudad de México, en donde la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que “no hay ninguna alarma ante el incremento de casos”.
A su vez, en la primera mañanera del nuevo año, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, si bien piensa que van a aumentar los contagios, no tendrán la misma gravedad que la anterior variante del Covid-19, la Delta, que afectó mucho al país y que, además, “no hay más hospitalizaciones y no hay fallecimientos”.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
En contraste con declaraciones de quienes gobiernan el país y la capital de la República ante la nueva ola de contagios por Ómicron, mandatarios de Europa y Estados Unidos acordaron estrictas medidas de emergencia, incluido el cierre de actividades y cancelación de espectáculos para evitar que se registren más casos y esa variante deje una estela de muertes como las ocurridas en los dos años anteriores.
Comenzó el nuevo año y el INE y los consejeros electorales que encabeza Lorenzo Córdova, permanecen en blanco de acusaciones por parte del Ejecutivo federal, legisladores y dirigentes de Morena, con la clara intención de descalificarlo de cara a los procesos de gobernadores que habrá en media docena de estados en junio próximo y de cara a la presidencial de 2024.
Entre esas acciones figura el anuncio del Presidente López Obrador de que enviará al Congreso una reforma electoral que contempla la renovación total de los consejeros del INE, los mismos que en 2018 avalaron su democrática elección y que luego de asumir el cargo, ha convertido en “enemigos” y “antidemócratas” y cuestionado, cuando no rechazando sus resoluciones, como si buscara un organismo electoral a modo para 2024.
Por cierto que en su inaugural mañanera del año, el Presidente minimizó el derribo de su estatua que el exalcalde morenista del municipio mexiquense de Atlacomulco Roberto Téllez Monroy ordenó erigirle, al asegurar: “Para qué quiero estatua, si tengo al pueblo”.
Atlacomulco, con la priista Marisol Arias hoy al frente de esa alcaldía, es considerada cuna del grupo político del Estado de México que por años encabezara el extinto Carlos Hank González y se esperaba que la estatua de AMLO, actual mandatario, no duraría en pie.
