Empleo formal

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Arturo Damm Arnal *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Según informó el IMSS, en 2021 se crearon, en el sector formal de la economía, 846,416 nuevos empleos, “lo que implica el incremento más alto en toda la historia del Instituto y es equivalente a una tasa anual de 4.3%”. Se trata del máximo histórico que, sin embargo, resulta insuficiente para satisfacer la necesidad de creación de empleos formales en el país.

En 2020, consecuencia de la conjunción de los efectos 4T y Covid, y de las presiones recesivas que ocasionaron, se perdieron, en el sector formal de la economía, 647,710 empleos. De los 846,416 nuevos empleos creados en 2021, 647,710, el 76.52 por ciento, se destinaron a reponer los que se perdieron en 2020, y solamente el 23.48 por ciento, 198,706, se destinaron a dar trabajo a quienes se sumaron por primera vez al mercado laboral, cantidad que, más o menos, se calcula en 1,200,000 personas. Con los 198,706 nuevos empleos que se destinaron a dar trabajo a quienes el año pasado se incorporaron por primera vez al mercado laboral se cubrió solamente el 16.56 por ciento del total.

Entre 2011 y 2021 se crearon, en promedio anual, en el sector formal de la economía, 534,670 nuevos empleos, el 55.44 por ciento de los que se necesitan para darle trabajo a quienes, por primera vez, participan en el mercado laboral, y que suman, más o menos, un millón doscientas mil personas.

¿Cuál ha sido la válvula de escape a la insuficiente creación de empleos formales? La informalidad. Durante el tercer trimestre del año pasado (todavía no tenemos información más actualizada), la población ocupada sumó 55.8 millones de personas, de las cuales el 56.3 por ciento, 31.4 millones, trabajaron en condiciones de informalidad (trabajadores laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, más aquellos cuyo vínculo de dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo).

Al considerar al trabajo hay que tomar en cuenta, no solo el empleo, sino también la remuneración. Según el mismo reporte del IMSS, en diciembre el salario base de cotización (con el cual los patrones registran a los trabajadores en el Seguro Social), promedió 438.6 pesos diarios, el cual, pese al aumento nominal del 7.5 por ciento, sigue siendo una remuneración insuficiente, sobre todo si se pretende, como debe ser, que la persona viva gracias al trabajo propio, no a las dádivas otorgadas por alguien más (el gobierno redistribuyendo los ingresos, y por lo tanto el producto del trabajo, de algunos a favor de otros).

¿Qué se necesita para que se generen más empleos y mejor pagados? Que aumenten las inversiones directas hasta el punto en el que, de manera generalizada, la demanda de trabajo de parte de los empleadores sea mayor que su oferta de parte de los trabajadores. Ese es el reto.

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