La ley y la prensa libre, no una moral

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Bernardo Bolaños *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

“Éste es un país complicado. Cientos de millones de personas. Hay todas las razas, todas las religiones, todos los puntos de vista posibles. Es un milagro cuando estás sentado en tu escritorio y ves a todas esas personas frente a ti. Personas que difieren tanto en lo que piensan. Y, sin embargo, decidieron resolver sus principales diferencias con la ley”. Así se despidió el 27 de enero el ministro de la Corte Suprema de Estados Unidos, Stephen Breyer, ahora jubilado.

Debido a que diferimos en lo que pensamos, la ley y la democracia son necesarios para decidir qué hacer. Votamos por puntos de vista o plataformas que pueden contrastar radicalmente entre sí. Ahí está el tema del agua. Algunos apoyan sistemas estatales de abastecimiento, como el Cutzamala, que quitaron el agua a regiones indígenas y donde se producen alimentos. Otros prefieren plantas embotelladoras privadas con sus envases contaminantes y la privatización del líquido. Dos extremos.

O pongamos por caso las Islas Marías. Pasaron de ser centro penitenciario modelo, a convertirse en espacio cultural para niños y jóvenes. Proyectos muy diferentes. Durante una época, los presos podían vivir en el archipiélago con sus familias, lo que los humanistas aplaudían. Más recientemente, fue un programa para preparar a los reos a la libertad. Cuando ya les faltaban pocos años para salir, podían optar por ir a las islas. Así se respetaba el mandato del artículo 18 constitucional de buscar la reinserción social. Se les enseñaban a los presos diversos oficios, tenían animales de granja, cultivaban camarones y hacían teatro.

El nuevo Gobierno federal tomó la decisión de cerrar el complejo penitenciario Islas Marías. En febrero de 2019, el Presidente decretó la creación del Centro de educación, transformación y capacitación para niños y jóvenes “Muros de Agua-José Revueltas”.

En un primer momento, se dijo que niños indígenas visitarían el lugar, harían teatro y aprenderían a cuidar el medio ambiente. Pero se anunció que, en una segunda etapa, se desarrollarían proyectos ambientalistas con energía solar, agroecología, tratamiento de agua y una estación biológica.

Sea como sea que prefiramos las Islas Marías, el poder democráticamente electo sirve para decidir qué opción gana. Parecido a como deben hacerlo los jueces y ministros de la Corte en controversias individuales y disputas constitucionales.

Pero la democracia sería un asunto demasiado sencillo si bastara con elecciones y desemparejar así las discusiones morales. Siempre hay el riesgo de que lo que se presenta como una moral sea en realidad un abuso. Puede ocurrir que un proyecto sobre agua sea una mala idea, pero un buen negocio particular. O que las Islas Marías, que son un paraíso, sean percibidas como botín por grandes desarrolladores turísticos.

Por eso, aparte de exponer los diferentes puntos de vista y de votar para seleccionarlos, la democracia supone prensa libre. Para desenmascarar lo que, en vez de moral, podrían ser intereses.

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