En ocasiones la economía, tema de estos Pesos y Contrapesos, debe pasar a segundo plano. Ésta es una de ellas porque ha surgido un tema que debe preocuparnos a todos, comenzando por los periodistas, sobre todo si no estamos de acuerdo con AMLO y lo criticamos. El periodismo, cuando se ejerce en función de la verdad y de los valores de cada periodista, y no se vende al poder, es uno de los más eficaces contrapesos al poder del gobierno que es, en esencia, el poder para obligar, prohibir y castigar, que siempre se ejerce para limitar el ejercicio de la libertad individual y el uso de la propiedad privada, lo cual lo convierte en una amenaza constante.
El tema tiene que ver con un comunicado de los senadores morenistas, en el cual afirman, para empezar, que “el Presidente Andrés Manuel López Obrador encarna (¡¿!?) a la Nación, a la patria y al pueblo”, con lo cual tenemos tres en uno. Tres: Nación, patria y pueblo, en uno: AMLO.
“Las senadoras y los senadores de Morena —continúa el comunicado— estaremos apoyando de manera incondicional (¡¿!?) al Presidente de la República, quien simboliza los ideales de la nación, de la patria, del pueblo, de la independencia, de la soberanía, de los intereses y del bienestar nacional, por ende, los que se oponen al Presidente de México no son más que un puñado de mercenarios que al ver sus privilegios mancillados, luchan con todo su poder económico para que prevalezca el viejo régimen en el que podían hacer sus negocios sucios en la oscuridad. Son ¡unos traidores a la nación, a la patria y al pueblo!”, y como AMLO, por aquello del tres en uno, es la encarnación de la nación, la patria y el pueblo, son unos traidores a AMLO.
Leyendo los artículos 123 al 126 del Código Penal Federal, que tratan el tema de la traición a la patria, en ninguno encontramos que el no estar de acuerdo con AMLO, y criticarlo, sea traición a la patria, pese a lo cual los senadores de Morena ya tipificaron esa conducta, el desacuerdo con AMLO y las críticas a AMLO, como traición a la patria, algo muy grave, sobre todo viniendo de legisladores, cuyo principal problema, tratándose de los senadores morenistas, es su decisión de ser incondicionales del presidente. No lo digo yo, lo dijeron ellos: “Las senadoras y los senadores de Morena estaremos apoyando de manera incondicional al Presidente de la República…”, incondicionalidad propia de súbditos, por decir lo menos, no de ciudadanos, como deberían serlo, incondicionalidad que puede traducirse en mandar al diablo a las instituciones, comenzando por la Constitución.
Los senadores morenistas, ¿están conscientes de la barbaridad que dijeron, comenzando por el hecho de que, de un plumazo, por aquello de la incondicionalidad para con AMLO, se cargaron la división de poderes?