El esfuerzo de hombres y mujeres de distintas instituciones permitieron reanudar las exportaciones de aguacate mexicano hacia Estados Unidos.
México es el primer productor de aguacate del mundo y su cliente más importante es nuestro vecino del norte. El aguacate mexicano se exporta a 34 países, destacando Francia, Japón y Canadá, por detrás de Estados Unidos. Durante el 2021 la producción mexicana alcanzó 2.5 millones de toneladas, de las cuales, más de la mitad atendieron la demanda del mercado internacional.
El aguacate es parte de nuestra historia y cultura. Existe evidencia de su consumo en nuestro territorio 10,000 años a.C. Hoy es clave en el desarrollo económico y social de una región de nuestro país.
En nuestro territorio se produce el 30 por ciento de la cosecha mundial. Se siembra en casi todas las entidades del país (solamente no se encuentra en Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas), siendo el estado de Michoacán el primer productor, con aproximadamente el 80 por ciento de ella y el único que cuenta con una certificación para exportarlo a Estados Unidos, resultado de grandes esfuerzos y gestiones que comenzaron en 1970.
El aguacate representa un modo de vida para millones de familias mexicanas que participan en el proceso de producción, comercialización y distribución. En la primera fase, comunidades enteras trabajan en la siembra y cosecha del fruto; en una segunda llamada de industrialización, parte de la producción es transformada en productos alimenticios, cosmetológicos y farmacéuticos; en la tercera y última, el producto se comercializa en el mercado nacional e internacional para su consumo.
La exportación de aguacate mexicano comenzó en los años setenta con unas cuantas toneladas, mismas que lograron un crecimiento importante hasta finales de la década de los ochenta. El gusto por el aguacate en el mercado estadounidense se ha visto potenciado por el gran número de mexicanos que radican en ese país.
Hoy son más de 15 mil productores ubicados en 30 municipios, organizados en 35 asociaciones, más de 300 empacadoras y decenas de industrias, que representan más de 300 mil empleos directos y millones de jornales que benefician al mismo número de familias.
El éxito del aguacate mexicano ha tenido costos muy importantes, entre ellos, la deforestación de nuestros bosques para sustituirlos por huertas, la contaminación de suelos por la utilización de sustancias químicas, la concentración del agua y los conflictos sociales. La provocación de incendios es una constante en la región para una vez devastada la vegetación, sembrar árboles de aguacate. La situación ha puesto en riesgo de desaparición algunas especies de pinos.
El esfuerzo de las instituciones que lograron reanudar el comercio del aguacate con Estados Unidos es digno de reconocerse y benéfico para un gran número de familias que encuentran sustento en este intercambio comercial. Estas mismas instituciones deberán redoblar esfuerzos y cumplir los acuerdos signados en búsqueda de garantizar la continuidad de sus exportaciones. Además, deberemos encargarnos de mitigar los efectos que el éxito en su producción y comercialización provocan.